Ocurrió hace muy poco tiempo pero pudo haber sucedido en cualquier época. La violación y asesinato de Judith Claudia Palma, una nena de nueve años que vivía en Joaquín V. González, todavía se recuerda. Los tres acusados fueron condenados a perpetua. Una Justicia que llegó rápido cuando ya era tarde.  F.A.

“Judith Claudia Palma, de 9 años, salió a vender bollos el sábado por la tarde y no volvió a su casa. Su cadáver fue encontrado el domingo a la tarde en un baldío, a dos cuadras de su casa, en Joaquín V. González, ciudad cabecera del departamento de Anta, 170 kilómetros al sudeste de esta capital. Tenía a simple vista signos de haber recibido golpes; luego, la autopsia reveló que también había sido violada” escribió el periodista Carlos Pastrana, con total capacidad para resumir un hecho que no parecía poder ser explicado con palabras. Era el primer párrafo de un artículo publicado el martes 21 de mayo de 2013 en el diario La Nación. Salta, la provincia donde “estas cosas” no pasaban, según el gobernador Juan Manuel Urtubey, era noticia nuevamente por un crimen horrible.

El hecho ocurrió el sábado 18 de mayo de 2013. La desaparición fue notada inmediatamente por sus padres, que comenzaron a buscarla, ayudada por la Policía y por la gente de diversos lugares, que compartían la fotografía de Judith en las redes sociales. Era una niña delgada de tez morena y pelo oscuro, medía un metro treinta centímetros.

El domingo 19 todo fue desazón y confirmación de lo peor, que en este caso fue mucho más horrible de lo que se suponía. No era una simple desaparición. Ni un rapto o un secuestro. La nena había sido violada y asesinada. Estaba a media cuadra de donde había sido vista por última vez. Antes, habían encontrado su bicicleta.

“Alrededor del lugar del macabro hallazgo se encuentran una estación de servicio y una playa de camiones, que al momento de la noticia se hallaba atestada de vehículos. Personal policial informó que la niña fue hallada a las 19, cuando se rastrillaba el baldío existente entre las calles Hipólito Yrigoyen y avenida 9 de Julio”, informaba El Tribuno el lunes 20 de mayo.

“Cientos de versiones circularon en el pueblo, una de ellas habla de que el cuerpo de la pequeña fue hallado horriblemente mutilado, información que no fue negada por la Policía, que se abstuvo de brindar cualquier tipo de precisión. Inmediatamente la fuerza, para calmar los ánimos de cientos de indignados vecinos, anunció la detención de dos personas, quienes fueron puestas a disposición del Juzgado de Instrucción Formal 2 de Metán”, continuaba el artículo.

Los detenidos cayeron casi a la misma velocidad con la que hallaron el cuerpo de la chica. Una rapidez que puede ser cuestionada, ya que la encontraron al día siguiente, pero cuando ya era tarde.

“La Policía halló rastros que podrían ser de de sangre en la casa de los dos detenidos por el crimen de la niña, mientras que la principal hipótesis es que el hecho se produjo tras un abuso sexual. Así lo indicó esta mañana Marcelo Báez, vocero del Ministerio Público de Salta, quien aseguró que los investigadores lograron  ‘ubicar’ la escena del asesinato de la nena, cuyo cuerpo fue hallado en un descampado, donde habría sido’plantado’”, informaba el periódico salteño.

Al otro día, La Nación aseguraba que los detenidos eran personas oriundas del lugar. “Los apodos de los sospechosos son ‘el Porteño’ y el ‘Chaqueño’; la policía cree que habrían actuado alcoholizados o drogados, lo que explicaría la saña con la que agredieron a la víctima. Se estima que el cuerpo de la niña fue arrojado en el lugar el mismo día de su hallazgo y que el asesinato se habría cometido en el taller de uno de los detenidos, por el rastro de las manchas de sangre”.

Una semana después, cuando el CIF ya había realizado las pericias correspondientes, se empezó a confirmar la hipótesis. “Los restos seminales hallados en el cuerpo de la víctima comprometen a Rubén Soria, de 83 años, quien a simple vista aparecía como muy poco sospechoso, por su edad y por el estado de su salud. También hay huellas de ADN de José Insaurralde, conocido como ‘el chaqueño’, un gomero de 47 años. Ambos permanecen detenidos junto a otro de los sospechosos identificado como Ramón Leiva (67) a quien se investiga para saber si tuvo o no participación en la violación y el asesinato que conmocionó a la localidad anteña”, expresaba El Tribuno.

Los tres hombres vivían juntos en una casa antigua. Judith vivía cerca de allí, junto a sus padres y hermanos.

Los detenidos tenían versiones diferentes de los hechos, pero todas apuntaban a lo mismo: zafar. Insaurralde dejó entrever que la nena había sido asesinada dentro de la casa por sus compañeros de vivienda. Soria y Leiva aseguraron haber estado en un velorio, algo que no pudieron probar.

“La madre de Judith  asegura que ella les advirtió a los policías que buscaran en esa casa. Al parecer, estos pensaron que se trataba de una fuga de hogar. Una más. La búsqueda por parte de la policía comenzó al día siguiente, cuando la pequeña llevaba más de diez horas muerta”, decía el matutino. No había sido tan rápido, después de todo.

El 13 de agosto de ese año, los tres hombres fueron procesados por el juez de Instrucción 2 de Metán, Mario Dilascio. Los consideraba presuntos autores del abuso sexual con acceso carnal y el homicidio agravado.

“Entre las evidencias, el juez Dilascio en resolución destacó el hallazgo del cuerpo de la menor el domingo por la tarde en un lote baldío colindante a la vivienda de los tres imputados, junto a las manchas de sangre de la víctima encontradas en el patio de la casa y las manchas sanguinolentas en un trozo de silo bolsa colocada encima del alambrado que divide el inmueble”, continuaba la información. “Esto permite concluir que el cuerpo fue pasado por encima del alambrado desde la vivienda de los tres imputados hasta el lote baldío colindante. Resulta entonces evidente e irrefutable que la víctima fue abusada sexualmente con penetración y luego ultimada con tres puntazos en su cuello con un arma blanca dentro de la propiedad en la que residían los acusados”, señalaba el fallo.

El juicio se programó para el 19 de mayo de 2014. Cinco días antes, este semanario escribía en su web: “El macabro homicidio de Judith dejó al descubierto la pobreza y la desprotección para con los niños en el interior provincial. Recordemos que en su momento la Ministra de Derechos Humanos y hoy al mando de la Coordinación de Relaciones Internacionales e Institucionales de la Delegación Casa de Salta en Capital Federal, María Pace, había declarado que la niña Judith no estaba realizando trabajo infantil”.

La noticia agregaba que la Sala Primera del Tribunal de Juicio juzgaría entre los días 19 al 30 de mayo a los presuntos responsables del homicidio.

El 6 de junio, Ramón Alberto Leiva, de 67 años, Rubén Sixto Soria, de 84 años y José Ramón Insaurralde, de 47 años, fueron condenados a cadena perpetua. El Tribunal, conformado por la jueza Mónica Mukdsi y los jueces Martín Pérez y Héctor Alavila, fue el encargado de dictar sentencia.

“Previamente rechazaron un pedido de inconstitucionalidad presentado por la defensa de los acusados, en referencia a la gravedad de la condena”, aseguraba Informate Salta ese mediodía.

El 7 de septiembre de 2015, la Corte de Justicia rechazó el recurso de casación de la defensa de Leiva, Soria e Insaurralde, y confirmó la perpetua.

El parte de prensa del Poder Judicial aseguraba que el máximo tribunal sostuvo que no existe arbitrariedad en la valoración conjunta de la serie de indicios serios, precisos y concordantes colectados y aseguró que la crítica a la interpretación responde a una discrepancia personal de los recurrentes.

“Además rechazaron un pedido de inconstitucionalidad de la pena de prisión perpetua presentado por la defensa de los acusados, tras considerar que la argumentación resultó insuficiente para obtener la finalidad pretendida”, finalizaba el texto.