Faltan pocos días para que finalice la Plataforma Audiovisual, evento en el que, durante todo noviembre, se pudieron apreciar las obras de diferentes autores audiovisuales regionales. A continuación un breve repaso por lo acaecido hasta ahora. Todavía hay tiempo para ver algo más. (Flor Bustamante)
A esta altura ya todos están enterados de la Plataforma Audiovisual Salta, megaevento propuesto por distintos realizadores de Salta donde se proyecta material audiovisual salteño de lunes a viernes, gratis, en lugares lindos y horarios copados.
La plataforma propone cosas a medida, como por ejemplo, el microcine del MAC: en este lugar uno puede ir, elegir la peli del programa que quiera ver y sentarse tranquilo, gratis y en el horario que te quede cómodo entre las 10 y las 20 hs. Es una opción para aquellos que se quieren dar un respiro a la hora del almuerzo entre tanta oficina céntrica.
Esta propuesta tiene un nombre largo e impronunciable (En, entre, hacia, hasta, para, por, según, sin, so, sobre, tras Salta) que contradice su practicidad, pero no así la inteligencia de quién lo propone. Entonces uno no tiene excusa, que el tiempo, que el horario, que se me pasó o que se me hizo tarde, es como cuando vas al super y una promotora linda te ofrece probar un queso o una nueva bebida light, servido y en bandeja, si no agarrás viaje, allá vos.
Recomiendo ver Modelo 73 de Rodrigo Moscoso comiendo un pancho con lluvia de papitas a las 12.30 hs, salís feliz, fresco por el aire acondicionado y la hora pico se te pasó viendo algo que supera cualquier expectativa en ese horario.
Entre otras propuestas, porque son muchas, me veo con citas obligadas durante toda esta semana, ayer por ejemplo hubo un estreno: «Vértigo» de Martín Mainoli, un director salteño con muchísimo material encima, (o al menos al buscar data me sorprendió). En su filmografía uno descubre cosas como «Los Pesacadores», «El Rey de España» o «El hombre Rebelde», todas estas proyectadas también en el marco de este evento. Yo lo había escuchado nombrar, pero nunca le presté atención y tal vez nunca lo hubiese hecho, por eso agradezco que sea así ya que es éste el objetivo, que salgamos del termo y conozcamos a las personas que nos proponen ver, vivir, pensar y sentir de un modo diferente.
La maquinaria que propone esta gente se lleva sola, porque no solamente vemos cine, sino que se sumó un sello independiente llamado «Ópalo Records» que propone música para los finales de las proyecciones. También, al salir de las pelis, uno se puede tropezar con una instalación de la talentosísima Irene Borleda, por ejemplo.
En fin, lo que comenzó siendo una serie de proyecciones, fue creciendo, se fue volviendo cada vez mas pretencioso, y gracias a la capacidad y a la buena predisposición de quienes organizan este evento se volvió un salvavidas para los días muertos de entresemana, porque es inevitable, la gente, el ambiente, las instalaciones, la música, se volvieron un atractivo para los que buscamos cosas buenas, bonitas y baratas (por no decir gratis) en nuestra ciudad.