Petri no pudo convencer al Estado Mayor para que se involucre en la guerra contra el narcotráfico: «sería descabellado», le respondieron.
Luego de los sangrientos ataques narcoterroristas en Rosario, que en menos de 72 horas se cobró la vida de dos taxistas y un chofer de colectivo pelea por su vida, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, intentó desembarcar en la ciudad con refuerzos federales y de las Fuerzas Armadas.
Sin embargo, se encontró con la negativa de los militares. «Me parece algo sumamente descabellado y sin ningún asidero», dijeron fuentes castrenses y recordaron que para ello, habría que reformar varias leyes que impiden que intervengan en asuntos internos.
La resistencia militar enfureció a Bullrich quien le recriminó al ministro de Defensa, Luis Petri, en todos los idiomas, pero no pudo torcer la decisión de las Fuerzas.