Un vecino de la zona de la terminal entró armado de un rosario y una cruz a realizar un asalto a un drugstore de la zona. Fue reducido por los transeúntes. Asegura que seguía el mandato divino.
“Entró gritando como loco, con el crucifijo en una mano y el rosario en otra. Nos dijo que por el amor de dios nos tiráramos todos al suelo y que por obra y gracia de la virgen le diéramos la guita porque sino nos iba a quemar el fuego mismo del infierno”, comentó el encargado del negocio al que entró este psicópata armado con elementos religiosos el martes pasado en horas de la tarde.
Resulta que el atracador religioso -cuyo nombre no ha trascendido porque sospechamos que tanto la policía como el episcopado están detrás de un alto encubrimiento- alegó posteriormente, y en medio del delito, que fue la virgen quien en una aparición divina le había indicado el camino del hurto. “Vengo a pecar porque la mamita me lo está pidiendo”, dicen que dijo.
Al parecer el sujeto ingresó y al rezo de dos avemarías vació la caja registradora mientras cacheteaba con la cruz al encargado del local. “Me dejó tres cruces marcadas en la jeta”, comentó el damnificado, quien además reportó el robo de 112 pesos en billetes de miserable denominación y 27 pesos en monedas. “Como era la hora en que recién abría no tenía nada de plata”, comentó a El Polichombi.
Otro de los presentes, quien redujo al susodicho, le restó notoriedad al caso al argumentar que “ese es un loquito hijo de juez, por eso nadie dice nada. Además todos sabemos que ha quedao’ opa porque en su familia todos se culian entre primos”.
Lo cierto es que no quedaron registros de las cámaras de seguridad ni de las filmaciones que el dueño del local dice haber presentado a la policía. Ese día se lo llevaron los uniformados que luego volvieron a la escena del crimen a recopilar testimonios. Pero nada más se supo del accionar azul.