El tipo integraba una banda que arrojaba bolsas de «merluza» en fincas de El Quebrachal desde una avioneta. La justicia lo había absuelto por el beneficio de la duda, pero meses más tarde, la Cámara de Casación lo halló responsable. Para entonces, ya se había «tomado el olivo».
En un lapso de un año, Miguel Angel Albornoz pasó de imputado a inocente, de inocente a condenado y de condenado a prófugo.
Todo comenzó en 2023 cuando, luego de una intensa investigación, se logró desbaratar una banda narco que operaba bajo la modalidad de «bomberos»; esto es, arrojando bolsas de cocaína desde una avioneta para luego retirarlas en campos y privados.
En julio de ese año, personal de Gendarmería interceptó un camión y a los transportistas cuando salieron de la finca por la Ruta Provincial N°29 en dirección a la provincia de Santiago del Estero. Otros implicados fueron detenidos en las inmediaciones. La cantidad de droga incautada fue de 401 kilogramos.
Dos días mas tarde, el Ministerio Público imputó a los participantes y determinó que los acusados conformaban una organización narcocriminal que operaba a nivel trasnacional y que, incluso, la ruta de la droga se extendía hasta la ciudad bonaerense de Luján.
Entre los imputados estaba Albornoz, a quien la fiscalía sindicó como el encargado de recibir la droga, pues debía estar atento a los vuelos de las avionetas y acudir rápidamente a la finca a recoger los cargamentos que eran arrojados desde el aire.
A pesar de tamaña acusacion, la jueza Snopek y sus colegas Federico Santiago Díaz y Mario Marcelo Juárez Almaraz absolvieron a Albornoz por el beneficio de la duda. El argumento fue sencillamente insólito: los magistrados consideraron que no participó en las tareas de transporte de la droga por que había sido desvinculado de la operación bajo la sospecha de haberse quedado con parte de un cargamento anterior.
Cinco meses mas tarde, en octubre de 2024, la fiscalía impugnó la absolución dispuesta en favor de Albornoz, por entender que su participación estuvo delimitada a los actos previos que consistieron en la recepción de la droga arrojada vía aérea. Y recientemente fue hallado culpable del delito de narcotráfico.
Para entonces, Albornoz ya se había dado a la fuga, y su paradero al día de hoy es un misterio. Los motivos por los cuales algunas personas llegan a ser jueces federales, en ocasiones, también lo son.