Apenas se dieron a conocer las nuevas medidas presidenciales respecto a la segunda ola de Coronavirus, los dirigentes de Juntos por el Cambio salieron a cuestionarlas.
Después del incremento de casos de COVID-19 en los últimos días y ante la crítica situación planteada en el sistema hospitalario, el miércoles Juntos por el Cambio moderó su postura y admitió posibles medidas para contener el avance de la pandemia. Pero, una vez conocidas esas medidas, salieron a criticarlas.
Patricia Bullrich fue la primera en la crítica opositora. «El Presidente decide en contra de los que trabajan, de los padres que llevan sus hijos a la escuela, de los comercios que se funden. Decide por los que tienen la vida resuelta contra los que trabajan. Esa es la grieta que ha generado. Ganó la oligarquía de los burócratas».
Mario Negri, por otra parte, dijo «El Gobierno, por falta de ejemplaridad y pérdida de credibilidad, es incapaz de persuadir. En lugar de buscar consensos, amenaza con militarizar. Les cobra sus propios errores a los argentinos que desde hace un año se sacrifican esperando saber a dónde nos quieren llevar. Así no».
Fernando Iglesias no se quedó atrás, «una hora diciéndonos lo que tenemos que hacer los ciudadanos. Ni un minuto para decir lo que va a hacer el Gobierno con las vacunas. ¿Los docentes que se vacunaron devuelven las vacunas para que se vacunen las cajeras de supermercados y los camioneros, ¿no? Vos encerrate. El IFE y las vacunas te las debo.»
Waldo Wolff dijo que «Es una barbaridad entre otras sacar a los chicos de las aulas, sabiendo que no es lugar de transmisión ni contagio elevado. Los puntos de acuerdo no pueden darse sobre una base de mentiras y engaños».
Graciela Ocaña, por su parte dijo que «Hay chicos llorando en muchas casas. No cierren las escuelas».
La jornada de la alianza opositora comenzó con un discurso diferente. Por la mañana, dieron a conocer su preocupación por el impacto de la segunda ola de coronavirus y criticaron «la campaña de vacunación, tanto en las expectativas generadas, como en la adquisición, administración, distribución y transparencia». Todo esto fue antes del anuncio. «Ante este panorama, las restricciones deberán estar rigurosamente planificadas y ser factibles de ser aplicadas», aceptando la puesta en marcha de medidas que, hasta la semana pasada, rechazaban de plano. Aunque a la tarde, las declaraciones fueron totalmente diferentes.