En una entrevista con el Dr. en Filosofía, Alejandro Ruidrejo, quien se desempeña desde 2022 como Presidente del Consejo de Investigación de la Universidad Nacional de Salta, aporta una lectura analítica de la actualidad que pone en jaque a la Universidad Pública y a la Ciencia y Técnica Argentina.

El profesor universitario de las cátedras “Historia de la Filosofía Contemporánea” y “Filosofía y Teoría Política” habló respecto a su mirada sobre el recorte presupuestario que recayó sobre las Universidades expresando que “está dando de lleno en lo que son los gastos de funcionamiento ósea aquellos recursos destinados sobre la reproducción de la vida cotidiana de la comunidad académica, también en las becas destinadas a los estudiantes. Especialmente sobre todo en nuestra estructura, la posibilidad de pensar el desarrollo edilicio de las instituciones universitarias, en los salarios docentes y no docentes de nuestra universidad y en lo que hace al financiamiento de una investigación. Esos cinco puntos son los que de algún modo nuclea las demandas del consejo interuniversitario nacional”.

Agrega que “el recorte presupuestario evidencia una racionalidad de gobierno que pone en cuestión lo público y produce una especie de sospecha sobre la administración de los recursos públicos por parte de la universidad y esto va de la mano con (…) las auditorías a las universidades públicas. Que tiene un efecto rimbombante, pero que se enfrenta al hecho que el 95% del presupuesto de las universidades se gasta en salarios, por ende, el 5% restante se destina a todas esas otras funciones que desarrolla la universidad”.

Resaltó que “el arrinconamiento presupuestario pone en evidencia una fobia al estado un rechazo profundo a lo público” y sostiene que “las universidades públicas son instituciones que condensan una esperanza política de nuestra ciudadanía, espacios de crítica en la forma que somos gobernados” pero también como brindan los conocimientos necesarios para gestionar el bienestar común.

Además, analiza con preocupación las tensiones que hoy se distribuyen entre “quienes atacan lo público en la universidad pública y quienes defendemos la universidad pública y la particularidad que han adquirido en su expresión argentina sino también porque creemos que más que nunca es necesario un ejercicio crítico de la ciudadanía ante las maneras en que pretendemos ser gobernados”.

Rivalización de la libertad

Respecto a las ideas de Libertad opinó que “reducir la libertad a la libertad económica, al mundo en que se lo promueve en las políticas del gobierno actual es, sin lugar a dudas, una rivalización de la libertad. En principio porque está ampliamente demostrado de que la vida en común no puede entregarse al libre mecanismo de los precios y a la autorregulación del mercado. Muchas crisis económicas han mostrado las limitaciones que tiene una idea de libertad identificada con el Laissez Faire económico, pero sobre todo porque esa forma de pensar la libertad termina operando sobre la divisoria paralizada entre quienes comparten la convicción y que serían argentinos de bien y quienes no la compartimos”.

Afirma que de algún modo la dicotomización que se propone atenta contra la multiplicidad de perspectivas y de voces que nuestras sociedades democráticas han desarrollado y han procurado respetar. Agregando que se trata de “una libertad que se construye bajo el menoscabo de la diversidad, es de algún modo una forma de libertad que bajo el imperialismo economicista quiere penetrar sobre todas las diferencias existentes y construir una homogeneización incompatible con las diversidades que necesitamos para que nuestras vidas en común logren los mayores aportes que requieren las democracias contemporáneas. Hay allí una limitante que opera a la base de estos postulados a partir de los cuales se intenta construir la legitimación de las políticas de gobierno”.

Sobre la novedad en las ideas que pondera el gobierno nacional contra las universidades opinó que “del neoliberalismo en la educación superior universitaria se ha escrito mucho y bajo distintos formatos, lo que aparece es el hecho que cada vez que se ha intentado operar sobre el campo de la Universidad Nacional Argentina, universidades públicas que han sido forjadas en una larga tradición de luchas de conquista de derechos de libertades, y se la ha querido reducir a partir de ajustes económicos, lo que ha generado es un deterioro de las universidades, no una mejora. Esto es muy palpable en las estadísticas universitarias, en la manera en que las restricciones en el acceso universitario que implican las fórmulas neoliberales y especialmente las contradicciones de las meritocracias, conspiran contra la calidad universitaria. Esto ha sido demostrado, largamente desdeñado desde las más elementales formas de demostración empírica”.

Sobre la defensa de la educación pública resalta que es de “las más fuertes convicciones de nuestra sociedad, la importancia de la educación para la mejora de la vida en común, demostrado en las grandes movilizaciones que aparecen cada vez que se ataca el campo de las universidades nacionales, expresando la convicción más profunda de nuestra sociedades de que la educación es un valor en sí que no puede ser reducido a las lógicas de las inversiones y de las ganancias, hay algo que excede en mucho el mero cálculo de las racionalidades económicas”.

Finalizó afirmando sobre el presente como “un gran desafío para la imaginación política para el ejercicio de la crítica aguda y el desarrollo de la fundamentación inteligente de todo aquello que consideramos incanjeable”. Y sobre el fundamento de nuestra vida en comunidad donde el desafío “aparece con esta tradición libertariana afincada en la exaltación de la propiedad privada y de la libertad económica con su fobia al estado y al público, de la mano de un conservadurismo social y cultural que amenaza los fundamentos mismos de esas experiencias de la libertad que hemos acuñado como fundamento incanjeable de las construcciones democráticas, que es con las que nos comprometemos”.