Cada vez que dicen adiós
Desde otro sector del mundo mercantil, entre los que en apariencia mordieron el polvo de la victoria ajena están los dirigentes de “Ni una, ni otra”, como también se conoce popularmente a Memoria y Movilización. Igualmente, a uno de sus representantes, el abogado Martín Ávila, le bastaron algunos amagues de refunfuñes para hacerse notar y así retornar por 15 minutos a la atención de un sector que arma las cosas del Estado.
Es así que como una contrafigura (¿?) a la del ministro de Seguridad, Juan Manuel Pulleiro, el titular de esta fuerza fundada en años de transversalidad & progresismo por el sociólogo Eduardo Luis Duhalde parece estar a punto de sacar su sortija. Tal parece que la idea rondando en el oficialismo es que se está ante una especie de Hans Kelsen criollo e inspiró a que el titular de la Cámara baja provincial, Esteban Amat, disponga el casi inminente reclutamiento de Ávila.
La modalidad para el dirigente de “Ni una, ni otra” sería la de contrato en Agrupamiento Político, conocida corrientemente como AP. Otro representante de esta intersección de progresismo nominal en la que conviven M&M y Libres del Sur, es el ex postulante a intendente, pero no por el saenzismo, sino por el leavysmo, el ex concejal David Leiva.
De sus saltitos a lo Johnny Tolengo, cuando bailaba “El ritmo de la coneja”, entre el sector de Sáenz y el que comandó hasta el 10 de noviembre Sergio Leavy, la perinola dejó al ex cantante en este último casillero. Cuando el informe del Tribunal Electoral designó al actual Gobernador como el que resultó electo, y a Bettina Romero como la intendenta capitalina, Leiva quedó a un tranco de volver al llano.
Casi fue éste su epílogo, hasta que en esta semana parece haber bajado una soga desde Mitre 550. Por ello, Leiva y otro integrante de esta misma argamasa doctrinaria en poco tiempo más tendrán su AP.