Treinta y ocho trabajadores/as de distintas áreas del hospital Oscar H. Costas que sostienen con su fuerza de trabajo la institución, lo hacen en condiciones laborales precarias, con sueldos paupérrimos, no tienen contrato, ni obra social, ni aportes jubilatorios, ni vacaciones pagas. El estado les niega el acceso a sus derechos laborales; pero esta vez decidieron organizarse para exigir lo que les corresponde: están de paro y se concentran en la entrada de la institución. (Claudia Alvarez Ferreyra)
Cuarto Poder conversó con algunos/as de los/as trabajadores/as, -que en su mayoría son mujeres-. Por ejemplo Marta Giménez, quien trabaja en la lavandería hace 11 años, un tiempo de vida que ha dedicado a una labor por la que le pagan un sueldo miserable: “La situación viene de años, venimos luchando por entrar en planta permanente. Tuvimos un acta de compromiso con el ministro Roque Mascarello que hasta ahora no se cumplió y por eso decidimos volver a esto. No vamos a parar hasta que no tengamos una respuesta. Yo estoy con una ayuda solidaria de mil (1000) pesos de la municipalidad y una ayuda que nos da el hospital, no llegamos ni a los tres mil (3000). Estoy en la parte del lavadero de siete de la mañana a trece., de lunes a viernes. Hace once años que estoy así, en negro, los años pasan, ya tengo cuarenta años y el miedo de nosotras también es no poder entrar por la edad”.
Como si no fuera suficiente la explotación laboral, los funcionarios con las promesas de que les iban a regularizar las condiciones de trabajo les mandaron a hacer declaraciones juradas, anotarse en un monotributo, que debían pagar con un salario que no cubre siquiera la canasta básica de alimentos, al que después les hicieron renunciar. “Ya me hicieron presentar tres veces los papeles al Ministerio y es un gasto porque hoy un escribano nos está cobrando cuatrocientos (400). Nos hicieron anotarnos como monotributistas en 2017, eran cuotas de ochocientos setenta y cinco (875) pesos cuando nosotros no llegamos ni a los dos mil (2000). Siete meses hemos pagado cuando después vino el señor Omar Soches López [Subsecretario de gestión de salud] y nos dijo que renunciemos a eso. Habían prometido que después del monotributo nos iban a pasar a planta, no sé si se vieron presionados por el reclamo. Mientras tanto a esa plata la tuvimos que sacar del bolsillo nuestro para pagar”, expresó Giménez.
La municipalidad de Joaquín V. González tampoco los/las reconoce como empleados/as: “Si vamos a pedir aumento en la municipalidad nos dicen que no pueden porque esto es una ayuda que nos están dando, mil (1000) pesos no alcanzan para nada. La mayoría tenemos hijos, van a la escuela, y no nos alcanza”. Giménez también manifiesta: “Dicen que si seguimos con este paro nos van a descontar. Creo que es una burla porque encima que cobramos poco ¿qué nos quieren descontar?”.
Estela Gorriti se desempeña en la administración, “estoy hace dieciséis años trabajando en negro. En diciembre de 2017, porque hicimos protesta, vinieron a hacernos un convenio de trabajo a través de un monotributo. Nos han hecho viajar a Salta, hacer papeles, pero después no pasó nada, tuvimos que andar para renunciar a eso porque caso contrario sigue y teníamos que pagar la deuda. No cumplieron con nada. A mí me da mil (1000) el municipio y el hospital otros mil (1000). Entro a las siete de la mañana hasta las trece, de lunes a viernes”.
Sandra Albornoz es la única administrativa en el puesto sanitario de Salta Forestal, dependiente del hospital zonal, uno de los sectores más abandonados en la localidad: “hace doce años que estoy trabajando, cumplo parte administrativa y encargada de farmacia. Me pagan mil (1000) pesos del municipio y mil (1000) del hospital. Estaba cumpliendo ciento veinte horas. Hace dos semanas estoy yendo lunes, miércoles y viernes porque pagan muy poco”. Junto a Sandra también hay una enfermera y un chofer de esa salita reclamando.
Cesar Pérez es enfermero, lleva casi 10 años cumpliendo tareas en el hospital. “Hay personas que se han jubilado, que fallecieron y de los nombramientos hasta ahora no aparece nada. Estamos pidiendo trabajo, nada más que eso. Hace bastantes años que estamos acá. Todos estamos en la misma situación, y hasta ahora no tenemos una solución. Estamos luchando para tener un trabajo seguro y estable, para mejorar nuestra calidad de vida”. César cobra un salario acumulando horas que dependen de las necesidades del sector de enfermería donde se requieren profesionales pero los últimos nombramientos según la jefa de esa área, se hicieron en 2003.
Los/as trabajadores/as evalúan viajar a la capital, al Ministerio de Salud, si desde esa cartera no les dan respuesta. El intendente Juan Domingo Aguirre, en una radio local, al ser consultado dijo que el caso está en la Jefatura de Gabinete de Ministros, a cargo de Fernando Yarade, quien pretende ser, candidato a gobernador de la provincia.