Se inscriben los candidatos y a dos meses de las PASO, el padrón 2017 muestra que el interior es más importante que la capital en número de votantes. Capital representa el 42% de los electores. Entre Orán y San Martín suman el 25% del padrón.

Los datos suministrados por el Tribunal Electoral de Salta están actualizados al 12 de junio de 2017 y no incluyen a los extranjeros empadronados, pero permiten una pincelada precisa de la situación de los salteños de cara a las PASO de agosto y las generales de octubre: un total de 991.239 ciudadanos están habilitados para votar.

El peso electoral del distrito Capital es enorme aunque en conjunto el interior representa el 57,31% de los votantes (568.117) contra el 42,68% del distrito capitalino (423.122) que incluye a la ciudad de Salta (405.494) y Villa San Lorenzo (17.628). Las cifras permiten aventurar un análisis de tipo demográfico que posee su correlato político. El primero se relaciona con el hecho de que respecto a las elecciones del año 2015, el interior sigue incrementando su peso en tanto hace dos años reunía el 56,43% de los votantes contra el 43,57% de Capital y San Lorenzo.

Números que adquieren relevancia política si reparamos que de 2009 a 2015 el urtubeicismo hizo del interior un territorio estratégico, pues entre el 65% y 70% de sus votos provinieron de allí y de hecho las holgadas victorias en varios departamentos le sirvieron para ganar contiendas importantes aun cuando en Capital padeciera sonoros reveses.

No obstante ello habrá una diferencia de peso para los planes del Grand Bourg. Esa diferencia se relaciona con lo que ocurre en el norte provincial, territorios siempre claves para los triunfos “U”. No es para menos: entre Orán, San Martin y Rivadavia suman hoy un total de 263.280 votantes que suponen el 26,59% del padrón electoral distribuido de la siguiente manera: San Martín con 127.120 electores; Orán con 111.204;  y Rivadavia con 24.956.

Pero a diferencia de las elecciones anteriores de San Martín proviene ahora uno de los rivales del Grand Bourg, Sergio “Oso” Leavy, cuyo poder territorial en ese departamento y particularmente en Tartagal estuvo corroborado con éxitos electorales que antes se pusieron al servicio de Urtubey o sus candidatos y ahora jugaran en contra de los mismos en la categoría de diputados nacionales.

A esa deserción abierta deben sumárseles otras variables no menos importantes: la férrea comunión entre poderosos intendentes del lugar y el Grand Bourg no pasa por su mejor momento. Algunos como el jefe comunal de Orán, Marcelo Lara Gros, administra un municipio con crisis sociales que requieren de la intervención de la nación como ocurrió con los bagayeros; otros como Rubén Méndez, de Salvador Mazza, sufren crisis políticas que incluyeron su destitución por parte del Concejo Deliberante; mientras a otros como Julio Jalit, de Pichanal, los atraviesa aun el rencor por su frustrado intento de ser precandidato a diputado nacional maquinado por el propio oficialismo que finalmente abortó el intento de quien dirige una ciudad con 18.722 electores.

La ventaja con la que corre el oficialismo en ese norte, al menos por ahora, es el doble límite que golpea a las fuerzas que responden al macrismo en la provincia: la carencia de una candidato a diputado nacional que posea una imagen provincializada como ocurrió en las elecciones de 2013 y 2015 con Alfredo Olmedo y Juan Carlos Romero; y la propia pereza de esas fuerzas para trata de instalar una figura competitiva.

La metropolitana

Por detrás del norte provincial, los municipios del Valle de Lerma cobran importancia por una variable de estricto orden geográfico. Se trata de nueve municipios (Cerrillos, La Merced, Chicoana, El Carril, Guachipas, La Viña, Coronel Moldes, Rosario de Lerma y Campo Quijano) salpicados a lo largo del valle pero separados por distancias relativamente cortas que posibilitan su recorrido intensivo en menos tiempo.

Todos reúnen un total de 93.871 electores lo que representa un 9,47% del padrón electoral. Tres de esos municipios son los más importantes en términos electorales: Cerrillos con 23.451, Rosario de Lerma con 18.955 y Campo Quijano con 14.216.

Para algunos, las pocas distancias entres esos municipios y la propia capital más los fluidos lazos políticos que existen entre sus dirigentes bien permiten hablar de un área políticamente metropolitana que en conjunto sumaría 516.993 electores que supondrían el 52,15% del padrón electoral. La cifra permite concluir lo siguiente: el peso electoral del área metropolitana y el norte provincial en su conjunto es abrumadoramente determinante: reúnen 780.273 electores que suponen el 78,71% del padrón.

El casi 21% restante se reparte en departamentos como Anta que con cinco municipios (Apolinario Saravia, El Quebrachal, General Pizarro, Joaquín V. González y Las Lajitas) suman 47.364 electores que representan el 4,7% del padrón. Apenas un poco más de lo que juntan los tres municipios de Güemes (General Güemes, Campo Santo y El Bordo) que con 39.006 votantes concentra apenas el 3,9% del mismo padrón.

Un poco menos importante es el dilatado Valle Calchaquí, que cuanta con nueve municipios en cinco departamentos cuyas cabeceras son Cafayate, Cachi, San Carlos, Molinos y La Poma, y reúnen 30.858 electores que representan el 3,11% del padrón. El resto de los departamentos, inclusive Rosario de la Frontera y Metán, poseen padrones con menor peso específico que los mencionados aunque las dos ciudades recién mencionadas son importantes: 22.111 (2,23%) y 25.093 electores (2,53%) respectivamente.

En el otro extremo de la lista y con sólo 282 votantes registrados que representan el 0,03% del padrón electoral se encuentra el municipio de Tolar Grande del departamento de Los Andes.