En menor escala que con el Ingenio San Isidro (que dejó sin trabajo a 700 familias), el Estado se llena la boca hablando de promociones a inversiones productivas, mientras presiona a quienes han apostado a la mano de obra local, en pos de intereses familiares y amiguismos.
Al menos, eso queda en claro al manifestarse un repentino interés del intendente de Campo Quijano Manuel Cornejo, al arremeter contra el emprendimiento de cría y engorde de porcinos habilitado por el municipio de Rosario de Lerma, “Santa Sofia”.
El abogado local Jorge Gálvez, pariente político del intendente Cornejo, sería el real interesado en que no se habilite al criadero (ahora bajo el ejido de Campo Quijano) ya que al tratarse de sus vecinos, no compatilizaría el rubro explotado con sus ambiciones de montar un emprendiendo inmobiliario en la zona.
El argumento esgrimido por el intendente al que parece importarle poco las 40 familias que dependen laboralmente del criadero de cerdos, sería la proximidad del mismo, con un establecimiento escolar, pese a que en un medio local, se pudo escuchar las declaraciones de la Directora que manifestó que no existe ningún tipo de molestia o se percibe contaminación alguna que pudiera perjudicar a los alumnos.
Ante tan férrea cadena de parentelas y amiguísimos (entre los que se cuenta un legislador dedicado a la actividad porcina) parecen infructuosos los intentos de la empresa Regata S.A. -que sorpresivamente pasó de Rosario de Lerma, a pertenecer a Campo Quijano- por conseguir nuevas habilitaciones y permisos ambientales.
Mientras tanto, el intendente Manuel Cornejo prefiere dar la espalda a su propia inoperancia a la hora de conseguir inversiones y nuevas fuentes de empleo para su municipio, mientras los menos, las 40 familias privilegiadas con empleo en el criadero, observan con preocupación cómo se ve amenazado impunemente su futuro.