A Bullrich le pidieron que baje el perfil y se concentre en el caso. Luego de semanas de alta exposición, acató las directivas del jefe de Gabinete; Peña y Avruj, voceros.

La embestida opositora la obligó a abandonar su acostumbrado alto perfil, un hecho casi inédito en sus más de tres décadas de carrera política. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich , está en el ojo de la tormenta luego de su encendida defensa del rol de la Gendarmería, y su «inocencia» en la desaparición del joven artesano Santiago Maldonado, convertido hoy en tema excluyente de la agenda pública y preocupación principal del presidente Mauricio Macri.

Con la intención de «protegerla» y evitar que continúe la escalada mediática en torno del caso y en su contra, el Gobierno decidió que sean otros -el jefe de Gabinete, Marcos Peña; el ministro del Interior, Rogelio Frigerio; su par de Justicia, Germán Garavano, y el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj- los voceros del Gobierno sobre el caso que conmueve al país.

«Hay que enfocarse en la causa judicial y evitar la discusión política. Con Patricia como vocera, esa discusión política es inevitable», afirmaron ayer cerca de Peña, quien fue, según coinciden en Balcarce 50, quien recomendó a Bullrich mantenerse en silencio luego de varias semanas de altísima exposición en torno del un caso que la oposición puso en el centro de sus prioridades.

Anteayer, en el Salón Evita, el Presidente encabezó una reunión de seguimiento del Ministerio de Seguridad ampliado con un único tema: el caso Maldonado. Allí, la propia ministra Bullrich planteó la necesidad de salir de la primera línea de batalla mediática y concentrarse en el trabajo que permita dar con el paradero del tatuador. «Ella es muy orgánica. Y coincidimos en el diagnóstico», respondió un funcionario.

«Tiene que trabajar, ¿qué sentido tiene que hable ahora? Patricia está trabajando, en acción, fue ella la que llevó la voz cantante en la reunión con los gobernadores y está a la cabeza. Que no hable con los medios es otra cosa», afirmaron ayer en otro ministerio importante, donde confirmaron el cambio de estrategia.

El propio Macri, Peña, Frigerio y Avruj, quien viajó a Chubut a ver a los jueces y la familia de Maldonado, se enfrentaron ayer a la andanada de críticas del kirchnerismo, 1 País y la izquierda, dentro y fuera del Congreso. Avruj y Garavano también se sumaron al respaldo, luego de los dichos de opositores, que hablaban de desavenencias entre Seguridad y Justicia en torno del rol de Gendarmería en la protesta de los mapuches del 1° de agosto, a la que supuestamente concurrió Maldonado y donde, según sus familiares, habría sido detenido por miembros de esa fuerza.

La «organicidad» de la ex ministra de Trabajo de la Alianza y fundadora de Unión por Todos es total y nadie la pone en duda. Desde su aparición televisiva, el miércoles pasado en TN, no volvió a dar entrevistas. Podría darse una excepción el próximo domingo, también en formato televisivo, siempre con la venia del jefe de Gabinete. Había sido citada para el lunes próximo por la Comisión Bicameral de Fiscalización de Órganos y Actividades de Seguridad Interior, que preside Sergio Massa, y quería ir. Pero la decisión del Gobierno fue la contraria y declinó la invitación, o al menos eso dejaron trascender la Casa Rosada y referentes del oficialismo en el Congreso.

¿Su silencio transitorio es un castigo por sus dichos sobre la inocencia de la Gendarmería? «Para nada, va a seguir en su puesto, el Presidente la quiere y la respalda», contestaron desde un importante despacho.

«Sacarla ahora sería darle la razón a la oposición, y claramente no la tiene en este caso. Que haya sido la Gendarmería es una de las hipótesis, hay muchas otras y hay que dejar que la Justicia trabaje», afirmó un vocero gubernamental. Otro funcionario la emprendió contra el kirchnerismo y las huestes de Sergio Massa, quienes «no han tenido un mínimo de responsabilidad, usan este tema políticamente porque no pueden hablar de una economía que crece», se enojaron en un despacho oficial.

Fuente: La Nación