El fin de semana Macarena Diosque presenta su primer poemario, editado por Killa. Además se inaugurará la Biblioteca Feminista de Esperanto.
27 textos componen el libro editado hace poco por la editorial independiente que lleva adelante Fernanda Salas, que en esta publicación contó con la participación de Fisión Ciruja / Maria Ibarra en el dibujo de tapa y Belén Martínez en el diseño.
Macarena es lesbiana y feminista, y aclara que es importante mencionarlo, al tiempo que hablamos de este poemario que abarca relaciones interpersonales, la idea del deja vu en historias que van y vienen, además que rescata otra faceta, la de los poemas más “militantes”, dice Macarena que “hablan más de mi actualidad. Entonces dialogan poemas que hablan de la infancia y la adolescencia, de algunas oscuridades, con poemas que hablan de lo que pude hacer con esas oscuridades y esa infancia y adolescencia, con esas experiencias para poder nombrarme lesbiana, por ejemplo”.
Quimey Figueroa, en la reseña del libro dice: “Macarena convierte lo cotidiano en una herida que se abre, por lo tanto, debería sospechar usted que esto que tiene en sus manos en realidad no es un libro sino un arma. Sus versos nos apuntan, nos sangran en diferentes lados del cuerpo. La pólvora, el feminismo disidente”.
La presentación se realizará en Esperanto Hostel & Bar Cultural (Rivadavia 320), el sábado 16 de diciembre a las 21:00, en el marco de la Inauguración Biblioteca Feminista de Esperanto.
Uno de los textos que compone “Retroactiva”:
la vecina
escucha la tele
con el volumen
muy muy alto
y la voz del locutor
que atraviesa las paredes
suena igual
a la de los poseídos
en las películas de terror
me atormenta
pensar en ella
sola
en el living.
creo que por eso
asocio los ruidos de su casa
con cosas que me dan miedo
me atormenta la vecina
primero
porque nos mira
a mi novia y a mí
con el asco
y la impunidad
que deben haber mirado
a todas las tortas
en su época
segundo
porque no la veo salir nunca
más allá del marco de su puerta
y me preocupa
alguna vez
llegar a ser ella
me atormenta
que parece no tener a nadie
ni un afecto
que pase a saludar una tarde
y me atormenta
pensar
que se lo merece
me atormenta
llegar y encontrar
una nota del consorcio
quejándose
de ruidos
que no hubo en mi casa
y leer
entre líneas
lo que de verdad dice:
‘en los edificios
de este barrio
no hay lugar
para lesbianas’
en realidad
no me atormenta
la vecina en particular
ni su televisor
ni su agorafobia
ni su falta de afectos
me atormenta
que me recuerde
en qué mundo
estoy viviendo.