A estas alturas, no quedan dudas de que el diputado provincial Hector “Lilito” Chibán pretende convertirse en una especie de paladín de la ética, moral y respeto irrestricto a la Ley. Pero… ¿y por casa como andamos?
Dicen que adosada al espejito retrovisor de su automóvil, el diputado Chibán lleva una foto de su ídola máxima Elisa “Lilita” Carrió, a quien le dedica varias miradas al día para compenetrarse con el personaje que le ha valido el mote de “el denunciador serial salteño”.
Todo bien hasta allí, ya que en estos tiempos en que a los políticos les garpa mas la venta de su imagen, por encima de ideas, trabajo y proyectos; los ejemplos sobran. Sin embargo parece que a Chibán, la vigilia constante del respeto por la Ley, le resulta para terceros, y no es aplicable para su conducta diaria.
Sucede que el legislador provincial, es uno mas de los vecinos de España al 200 que se convirtieron en circunstanciales perjudicados de los trabajos de canalización que el municipio realiza en el lugar, y que luego serán los beneficiados por estas mismas obras.
Chibán, acostumbrado a preopotear cuando algo se opone a sus designios o a irrumpir irrespetuosamente en una sesión de concejales para imponer su voluntad parece, tiene la misma modalidad a la hora de estacionar donde quiere y como quiere, contrario a las ordenanzas vigentes y brindado el mal ejemplo al resto de los ciudadanos.
Es así que sus propios vecinos indignados, nos hicieron llegar las imágenes- testigo de la impunidad del legislador que estaciona su BMW X5 con patente finalizada en 769 y registrada a su nombre, en su domicilio de la Villa San Lorenzo, donde se le da la gana: debajo de un cartel que indica que está prohibido estacionar, y muy al borde de una rampa para discapacitados que como es evidente, no puede descender una persona en silla de ruedas.
A estas alturas, queda claro que la moral de Chibán es una simple moralina, donde a la Ley la debe respetar el otro, mientas él se jacta abiertamente y frente a los ciudadanos, de su escandalosa impunidad.