No todos los encuentros destilan intenciones genuinas y en los últimos tiempos suena fuerte la posibilidad de que Juan Romero dé un paso concreto para candidatearse a gobernador por un cuarto mandato.
Por Lola Mento
Varios dirigentes informaron que a Romero lo ven con intenciones serias de competir por la provincia frente a posibilidades que le generan dudas de renovar su banca como senador nacional.
Ya hizo acuerdos importantes que le garantizan un Procurador General obediente tras la salida de su perseguidor López Viñals, la presidencia de la Auditoría General para su amigo Gustavo Ferraris y un arrime que hasta podría permitirse salir de candidato a senador nacional por la línea que prefiera, ya sea por Cambiemos o por el urtubeycismo. Ángel Torres ya hizo dos viajes a la provincia y sigue hilvanando un frente amplio en el que no figura Sáenz.
Se comenta que en alguna mesa, y contrariando su sobriedad y discreción, Jucaro ha comentado que “Hay que educar a Gustavo”. Los que saben de los vericuetos más íntimos de la política informan que el ex gobernador tiene facturas por algunas malas formas que para él son pecados capitales e imperdonables. En estos tres años y medio dicen que no le contestaban los llamados y que los operadores políticos de Sáenz desconocieron algunos pedidos.
Algunas mediciones lo animan a salir, y también las debilidades de todos los candidatos. Si arregla con Urtubey sabe que tendrá el aparato de los intendentes a su lado y que estos lo consideran mejor proyecto.
Rápido de reflejos el intendente capitalino salió por los medios a propagar que Romero sería el candidato a senador nacional por su sector. Lo que nadie sabe hasta ahora es quienes integraran este conglomerado.