El periplo que Carlos Abeleira realizará desde el martes en Boston, Massachusetts, al participar de una cumbre Latinoamericana sobre Inteligencia Artificial, tal vez sirva de bisagra en relación a su futuro burocrático. El ex titular de la increíble cartera de Primera Infancia, ahora va por un proyecto para la creación de la Agencia de Tecnología e Información de Salta, la que se encuentra en carpeta por parte de la administración Sáenz. (Por: Federico Pérez).
Pero lo que ocurre es que la puesta en marcha de este organismo quedó en veremos y la titularidad de su creador para integrarla –Abeleira-, en medio de la nebulosa, luego del mega debate por el hambre y sus consecuencias lacerantes en el mapa salteño. Particularmente en el norte provincial, donde tres muertes por desnutrición bastaron para desbarrancar la supuesta tarea del gobierno anterior, particularmente el Ministerio de Primera Infancia, en contrarrestar el avance de este vector de desigualdad social extrema.
Parietal contra la pared
La cuestión surgió en paralelo a los tres decesos registrados en los primeros días de 2020 en la comunidad La Puntana, la que teóricamente se encontraba censada, filmada y monitoreada desde la cartera que hasta el 10 de diciembre presidía Abeleira. La incógnita emergió ante la ausencia de tales registros, los que deberían haber estado en manos de la gestión Sáenz, y las sospechas que se habrían integrado a la base de datos de la plataforma “Horus”. Esta última, aparentemente con intenciones de comercialización desde la órbita privada.
Al respecto, esta semana la propia ministra de Desarrollo Social de la provincia ratificó que dicha información no está en poder de las autoridades provinciales y sugirió consultar sobre este asunto a Carlos Abeleira. La arponeada de Verónica Figueroa, titular de la cartera asistencial, se adelantó con voz oficial a un intento desesperado de los colaboradores del ex Ministro U, pretendiendo asegurar lo contrario (que la base de datos estuviese en manos estatales, que al fin y al cabo es su auténtico propietario).
«A mí no me dejaron datos de Primera Infancia», clarificó la Ministra. “Hay que preguntarle a Abeleira y a los que corresponda. A mí no me los dejaron», completó, si bien le queda pendiente la tarea de pasar por Fiscalía a exigir la reaparición del material.
Les Charly boys
Nuestra publicación del pasado martes en “Cuarto Poder”, titulada “Perinola envenenada: todos pagan & uno factura?” generó una gran inquietud en el círculo que aún colabora con el ex titular de Primera I. Principalmente, por la falta de claridad relativa al manejo de la base de datos, que si es de “Horus” o del Estado provincial; pero también en cuanto a la (i)legalidad en la recolección de este material.
En su retroceso en chancletas, los asistentes del ex funcionario intentaron deslizar en off the reccord la posibilidad que toda la información –aún reconociendo la ilegalidad en cuanto a la metodología para obtenerla- se había entregado a la gestión Sáenz en el mes de noviembre, en pleno procedimiento para el traspaso de mando. Aunque esta pretensión por parte de Horus/Abeleira, si fuese cierta, hubiese puesto de manifiesto que las nuevas autoridades provinciales contaban con este alerta social en Santa Victoria Este y no actuaron con la premura del caso.
Por ello, la Agencia tecnológica armada por Abeleira para sí, dependiente de la Coordinación de Enlace y Relaciones Políticas de la Gobernación, tal vez deba esperar y/o hibernar. Al respecto, en la mesa chica del Gobernador Sáenz comenzaron a barajar como alternativa esta última opción, ya que de paso permitiría remarcar los trazos gruesos en cuanto al cambio de gestión al frente del Ejecutivo provincial.
Una iniciativa amañada
En diciembre de 2015, Primera Infancia, Economía y Jefatura de Gabinete armaron un tándem que tenía como meta difundir entre las diferentes áreas de la administración U este chiche informático. En dicha misión, aquel mismo año arribaron hasta el Observatorio de Violencia Contra la Mujer, cuyas integrantes alertaron en relación a que el “control” y filmación de menores con desnutrición constituye una violación a derechos como el de la imagen, ni hablar de la Convención de los Derechos del Niño.
Uno de los cónclaves se realizó en el despacho que Carlos Parodi tenía en Jefatura de Gabinete, en el Centro Cívico Grand Bourg, y el restante, en enero de 2016, en el OVCM. La fotografía que acompañó nuestro artículo del martes pasado corresponde a este último encuentro en el Observatorio, al que asistieron Parodi, Abeleira, Sebastián Gomeza y la actual asesora en temas jurídicos del gobierno provincial, Pamela Calletti. Allí le advirtieron en relación a lo ilegal de grabar imágenes con menores. Hoy habría que adjuntar su inutilidad, al menos a los fines de hilvanar políticas de prevención en casos fatales.
Una generosa dotación de fondos
Al cabo de tres años y medio, desde la creación del mayor sinsentido estatal, el por entonces ministro de Primera Infancia había anunciado la baja en un tercio en los indicadores de mortalidad infantil. En julio de 2019, Carlos Abeleira enarboló como “logro importante” un supuesto descenso en la mortalidad infantil de un 15 a un 9,6 por mil y la mortalidad materna de un 8,8 a un 1,8 por diez mil. Un objetivo notable, más si se tiene en cuenta que esta cartera llegó a contar durante la gestión Urtubey con un Presupuesto anual superior al del Ministerio de Salud provincial.
Ante lo que parecen haber sido lisonjas extraordinarias, por parte de los medios de prensa que proliferaron en esta práctica en el gobierno anterior, el por entonces Ministro se atajaba siete meses atrás, explicando que estos “no son motivos para enorgullecerse sino que nos marcan que vamos por el camino correcto”. Lo cierto es que Abeleira no debería haberse sonrojado tan fácil. El 15 de enero pasado, el portal La Gaceta publicó con título contundente que “La tasa de mortalidad infantil en Salta es una de las más altas del país”. Más precisamente, una de las 5 peores provincias en cuanto a este indicador socioeconómico.