Docentes Unidos denunció que la policía mando a un docente al hospital cuando reprimió la instalación de una carpa en el Cabildo. Como el 1º de abril cuando la policía reprimió a docentes en el Portezuelo y desató una huelga de meses, los incidentes de hoy hacen peligrar la tensa tregua entre el sector y el gobierno.
Si la experiencia se define como la posibilidad de reflexionar a partir de aquello que salió mal, habría que concluir que el gobierno es indiferente a las experiencias de vida. Y es que insiste en cometer los mismos errores que en otros momentos le produjo dolores de cabeza y un desgaste enorme luego de casi dos meses de huelga que sólo culminó cuando cedió a muchas de las demandas de los maestros. En la tarde de hoy volvió a usar la fuerza policial para impedir la instalación de una carpa blanca tal vez convencido de que el grupo en cuestión era minúsculo.
Lo mismo ocurrió el 1º de abril pasado cuando envalentonado porque en el discurso de apertura de las sesiones legislativas por parte de Urtubey, el gobierno había logrado movilizar más seguidores que los propios docentes. La situación pareció convencer a la cúpula gubernamental de que era el momento de arrasar con los docentes y eso fue lo que el Jefe de Policía trató de protagonizar la tarde de ese día cuando comandó a fuerzas policiales que desalojaron violentamente a docentes que se manifestaban en el acceso a la ciudad en el Portezuelo. Lejos de resultar el tiro de gracia al enojo del sector, la provocación gubernamental terminó desatando el repudio generalizado de los docentes y dando una fuerza inusual a un conflicto gremial que se convirtió en incontenible a medida que transcurrían las semanas.
Ahora algo parecido ocurrió hoy aunque en un escenario distinto: la plaza 9 de Julio. Allí un grupo de docentes intento instalar una carpa y fue desalojado violentamente por la policía produciendo, según la versión de los maestros, que uno de los manifestantes terminara internado. Según los testimonios de la maestra Norma Torres, los policías eran 300 y actuaron contra unos 80 docentes que además de los golpes que padecieron, terminaron siendo víctimas de gas pimienta.
Transcurrido los hechos, el repudio de los maestros se dirigió a la Comisaría 1º ubicada en General Guemes y Dean Funes. Las consecuencias del accionar denunciado es una incógnita, aunque la temperatura en el sector de trabajadores empieza otra vez a incrementarse.