En sintonía con el presidente “libertario” Milei, el concejal capitalino, Gonzalo Nieva, parado desde la oposición a la intendencia, apunta contra los medios de prensa, aunque reconoce no tener argumentos que fundamenten tal postura y se escuda en que es novel en la función pública.

Por Ramón Barrientos

En su programa radial Interactiva (92.9hz) la periodista Marcela Pérez pudo entrevistarlo y de alguna manera desnudar la precariedad del planteo de quien se define como abogado, si uno escucha el diálogo entre ambos puede notar lo tiernito que está el edil para meterse livianamente en temas tan importantes como centrales para la vida institucional como constitucional que representan la “libertad de expresión” y “el derecho a la información”.

Pero, aún en su torpeza, el edil reflotar la discusión de “la regulación o la equidad” que debería tener la distribución de la pauta oficial, situación que ya fue abordada en proyectos legislativos y que hasta el día de hoy no lograron el consenso para ser ley.

La existencia de la pauta oficial no es algo caprichoso de ningún gobierno en particular sino que es un mandato constitucional, por lo tanto solo puede llegar al extremo de la regulación pero nunca de la suspensión o la quita.

Si bien es un tema que incomoda y que la sociedad cuestiona por dos factores: por desconocimiento y porque ven los montos que las grandes empresas o los grupos hegemónicos de medios acaparan.

Pero esa situación no es la que representa a la totalidad de los medios de prensa.

Para los políticos es una tentación sabrosa quitarles la pauta oficial a los medios de prensa que los incomodan y lo han realizado en varias oportunidades, pero fue el poder judicial quien los ha corregido en esa situación de abuso y les ordeno la devolución de la pauta oficial a los medios que le habían quitado.

Esto, tanto en la ciudad de Salta, como en la provincia y en la nación.

Agustín Lecchi señaló que la medida es una “pésima decisión de parte de un gobierno que desprecia que la población esté informada” y explicó que, “la pauta publicitaria lo que hace es informar respecto de los actos del gobierno y el Estado a toda la sociedad, el gobierno piensa que eso lo puede hacer con Tik Tok u otras plataformas que no cumplen esa función”, subrayó.

Para el titular de SIPREBA, el anuncio “es coherente con las primeras acciones de gobierno, de su relación con la prensa: ya desde la jura de ministros sin acreditados (periodistas), excluyéndolos por primera vez en la historia, lo mismo con los fotógrafos en el Congreso con el traspaso de mando, son actitudes que preocupan”, advirtió.

El dirigente gremial enfatizó que, desde el sindicato, “también nos preocupamos por las fuentes de trabajo, Lecchi señaló que la pauta publicitaria del Estado, representa un 0.05% el gasto público, “creo que la idea es presentar un enemigo y decir que la casta son los medios y hay que cortar todo tipo de “subsidio”, que además no lo es porque se está garantizando el acceso a la información de toda la población”.

Por su parte Agustín Espada, investigador del Conicet y director en la Universidad Nacional de Quilmes, advierte que “si el Gobierno decidiera quitar la publicidad de los medios de comunicación rápidamente sería llevado a la Corte Interamericana de Derechos Humanos por violar la libertad de expresión”, y explica que en este debate “lo que se plantea es que quienes tienen derecho a la publicidad oficial son los medios, se da una discusión económica pero el principal efecto es, o debiera ser, cumplir o garantizar el derecho a la información de los ciudadanos, que tienen derecho a saber qué está haciendo el Gobierno, sus principales campañas en educación, salud, infraestructura”.

“Quitar la publicidad oficial llevaría a violar el derecho a la información de los ciudadanos, que no es solo la garantía de expresarse, sino acceder a información de diferentes tipos. Este costado social sería violentado si se quitara”.

El Estado no puede desentenderse de la viabilidad de la prensa

Martín Etchevers, titular de Adepa. En su discurso, planteó que «el mundo occidental, democrático y capitalista se planta hoy ante el dilema del debilitamiento económico del periodismo y lo ve como una amenaza clara a la plena vigencia de la democracia liberal (…) Países y organismos supranacionales, coinciden en que fortalecer la industria periodística con marcos objetivos y universales, que no condicionen la línea editorial de los medios, no estén sujetos a criterios discrecionales ni mucho menos a premios y castigos, son herramientas legítimas y necesarias para favorecer la sostenibilidad de una industria periodística que ha visto declinar sus fuentes de ingresos a expensas de gigantes tecnológicos globales que no producen contenidos ni invierten en periodistas, pero se sirven de su trabajo cada vez más, sin brindarles una compensación justa por ese beneficio que obtienen»

Y agregó: «Hacer periodismo profesional es costoso. Y tratar de hacer el mejor periodismo es más caro aún. Lo que está en juego es mucho más que la vigencia de una actividad privada, como lo somos. Es la sostenibilidad de una herramienta de raigambre constitucional constitutiva de la democracia. Lo ha dicho la jurisprudencia de nuestra Corte Suprema: el Estado no puede desentenderse de la viabilidad de la prensa».

El contexto es cruel para la ciudadanía en este momento de aumentos de precios en los servicios, combustibles y mercaderías necesarias para la supervivencia humana, por acciones de gobierno, eso hace más crudo el accionar de algunos políticos que buscan azosar para que el sector empresario (mediano y pequeño), al igual que sus trabajadores, sean aún mas perjudicados y, en ese sentido el concejo deliberante de la ciudad de Salta viene meando fuera del tarro desde hace tiempo, y, esta renovación de ediles, como muestra Gonzalo Nieva parece que van por ese mismo desagradable camino.

Silenciar y dañar es el efecto que busca el poder político cuando obra de esta manera; no graficare lo que significa para cualquier medio de prensa sacarle un ingreso tan importante, no solo en su funcionamiento sino también en su personal, es por ello que ante algo así, las posturas de los hombres de prensa y del periodismo deben ser claras y firmes.

No se trata de ser valiente ni cobarde, se trata de ser personas de nuestro tiempo que no tenemos porque volver a la edad de piedras.