En medio de la controversia por los símbolos religiosos en los edificios públicos y en plena hipersensibilidad «milagrera», el diputado repartidor de palas, volvió a reflotar un proyecto de «Libertad religiosa», originalmente presentado por el macrismo.

El título del proyecto de ley puede confundir a más de uno, puesto que de libertad se habla poco en sus artículos. Lo que en realidad plantean sus designios, está más relacionado con ampliar privilegios para el culto católico en pleno debate por la separación de la iglesia y el Estado.

Entre los retrocesos más importantes que plantea el proyecto de Alfredo Olmedo se encuentra la ampliación de la objeción de conciencia a instituciones privadas y públicas. Punto que va en consonancia con una de las modificaciones más polémicas que se intentó agregar al proyecto de ley de IVE.

Por otro lado, delitos como el daño a objetos de culto, ameritarían si es que la iniciativa prospera, penas de hasta cuatro años de prisión; es decir, que no serían delitos excarcelables.

El proyecto de ley fue presentado en 2017 por el gobierno nacional. La iniciativa toma fuerza luego del debate por el aborto legal y en plena discusión -fundamentalmente en Salta- sobre el papel de la iglesia católica en el ámbito estatal.