Urtubey dialogó con representantes de portales web. Reproducimos sus respuestas a las preguntas de Cuarto Poder sobre la vigencia política de CFK, su proyección nacional, el avance de la frontera agropecuaria en Salta y el legado dirigencial tras una década de gestión “U”. (D.A.)
Una hora exacta fue la que dedicó Juan Manuel Urtubey en la mañana de ayer a cinco periodistas que le preguntaron de todo. El gobernador, por su parte, respondió a todos con el estilo propio de quien recibe visitantes en su casa para conversar. Y así transcurrió una hora en la sala de gabinete del Grand Bourg en donde periodistas de portales web se turnaron para indagar sobre cuestiones de la política nacional y provincial. Transcribimos aquí las preguntas que Cuarto Poder realizó al mandatario y las respuestas de éste a las mismas.
C.P.. Al menos desde el año 2009 se viene anunciando la muerte política del kirchnerismo aunque esa muerte que no se concreta. Es más, si uno mira lo que está pasando en la región con un Lula fuerte en Brasil o un López Obrador que mide mucho en México pareciera que la pervivencia de la figura de Cristina Kirchner tiene que ver también con la pervivencia de eso que genéricamente se denomina populismo. ¿Cómo lo ve usted?
J.M.U.: Pasa que hay insatisfacción en la sociedad en toda América Latina. El momento que nos toca vivir en el mundo actual está realmente complicando para los autodenominados países emergentes. Entonces frente a la insatisfacción y la falta de respuestas en el tiempo, la gente sostiene cualquier alternativa que le parezca competitiva contra la realidad que viven. Eso es lo que pasa. Si Brasil creciera en el orden del 5 o 6 por ciento no habría discusiones sobre Temer. Si en Argentina pasara lo mismo y estuviéramos en un franco proceso de recuperación económica y con otro humor, probablemente esa vigencia no ocurriría. Pero eso está lejos de la realidad que nos toca vivir. Y eso está pasando en todos los países de la región.
En el marco de la política y puntualmente de sus pretensiones nacionales, al repasar la historia reciente vemos que salvo el caso de Raúl Alfonsín por circunstancias extraordinarias; quienes llegaron a la presidencia montaron con mucha anticipación equipos de cuadros políticos y técnicos que trabajaron por esa candidatura: los llamados 12 Apóstoles de Menem, el Grupo Fenix con De La Rua, el Grupo Calafate con Néstor Kirchner, el Círculo Rojo de Macri. ¿Usted cómo trabaja ese tema? Por favor no me responda que lo pensara después de las elecciones.
JMU. No. Yo estoy trabajando para que el peronismo plantee la mirada que decía al principio: una mirada moderna, institucionalmente responsable y fundamentalmente con formación como para llevar adelante el proceso de transformación. En eso ya estamos trabajando y no tiene que ver con una candidatura porque para mí es como muy antiguo atar cualquiera de esas cosas a una candidatura. Yo voy a trabajar para tener un peronismo que haga eso. Y voy a acompañar al candidato que sea competitivo. Si no hay otro que sea más competitivo seré yo, no tengo problemas. Nunca pongo el carro adelante del caballo. No es una pose. Es una forma con la cual trabaje y milite toda mi vida.
Creo que hay trabajar en eso. El peronismo tiene cuadro técnicos y políticos para hacer el mejor gobierno que se pueda hacer en la Argentina. ¿El problema cuál es? Es que nosotros estamos saliendo de algo y trabajando en la construcción de algo nuevo dentro del peronismo. Y eso es un proceso que no se hace de la noche a la mañana sin olvidar que esas situaciones suceden cuando está la demanda de la gente; sino esta la demanda la oferta no existe. Así funciona esto.
Yo creo que nosotros tenemos equipo para hacer eso y de hecho lo estamos demostrando porque hay gestión en la mayor parte de las provincias argentinas gobernadas por peronistas o de sectores cercanos a nosotros porque no alcanza sólo con el peronismo. Pero estamos demostrando capacidad e idoneidad técnica más representatividad política. Después eso se organizara a nivel electoral cuando se está organizar para lo cual falta dos años y en la Argentina de hoy dos son dos siglos.
N/del Editor. Promediando la entrevista y tras la consulta de una de las periodistas presentes, el gobernador habló sobre el avance de la frontera agropecuaria en la provincia. Allí trató de explicar parte de lo que sucede haciendo alusión a cómo se resolvió en la historia de EEUU aspectos como estos y cómo se lo trata de hacer en provincias como la nuestra en donde la interculturalidad fue la constante. Ante ello, Cuarto Poder indago lo siguiente:
C.P: Iba a preguntar otra cosa pero quedó la pelota picando. Si uno piensa en la conquista del Oeste en EEUU durante el siglo XIX debe pensar en un genocidio aunque protagonizado por pioneros que repartiéndose la tierra buscaban montar un gran país. En la Salta uno ve el avance de las propiedades privadas y nos queda la sensación de que no quieren una gran provincia sino una gran y rentable finca, sobre todo en departamentos como Rivadavia o San Martín.
J.M.U: En Rivadavia es muy difícil un desarrollo productivo en ese sentido porque prácticamente, como te estoy diciendo, acabo de transferir 640.000 hectáreas a los pueblos originarios con lo cual cada vez es menos territorio como para poder dar esta discusión.
El problema cual es… desde que la Argentina entró en el sistema de derecho positivo particularmente adoptando la Constitución de 1853, una de los elementos centrales es la propiedad privada. Entonces tenemos un problema serio: o la Argentina se corre del estado de derecho positivo en el que estamos hace casi 200 años, o avanzamos en otro lugar. Es muy delicado el equilibrio en ese sentido porque más allá de avances en algunos lugares obviamente hay que responder al planteo. Particularmente en Rivadavia con los lotes 55 y 14 es un planteo que tiene 80 años y es razonable atenderlo.
Pero hay otros planteos que tiene que ver con otras lógicas. No todo es lo mismo. Recién vengo de plantear que a mi juicio no hay que generalizar todo porque hay procesos que funcionan y otros que no. El otro día veía reclamos sobre el avance de una propiedad que es el segundo empleador más importante de la provincia (N/E: el gobernador se refería a la protesta de Greempeace en Capital Federal contra la productora de limones La Moraleja en Anta). Genera más de mil puestos de trabajo con lo cual si eso no existiría, no habría mil puestos de trabajo.
También es cierto que hay avances en frontera agrícola que genera exclusión de gente como pasó en su momento en algunos lugares de Anta. Pero bueno… te digo que no hay una receta. Si no sería facilísimo: decir esto sí y esto no. Si alguien la tiene lo traigo al gobierno para que me ayude a laburar porque es el problema más serio que tenemos y lo pueden ver.
Los invito a la Sociedad Rural a fines de agosto. Van a escuchar que me van a criticar algunas organizaciones ambientalistas y todas las organizaciones del campo por el mismo tema aunque con posiciones diferentes. Eso pasa cuando vos tratas de hacer justicia y de ser el fiel de la balanza porque ese es mi trabajo. Yo no estoy de un bando o del otro, tengo que gobernar para 1.300.000 salteños con todo el equilibrio que eso conlleva. Es lo más complicado.
C.P. Las comparaciones son odiosas pero como bien se dijo acá estamos hablando del final de su mandato en dos años. Para los que somos más grandes cuando uno recuerda el final de la etapa del gobierno del Dr. Romero tiene la imagen de una treintena de nombres y apellidos que independientemente de la valoración que tuviéramos de ellos eran una especie de legado dirigencial y muchos de ellos son conducidos hoy por usted. ¿Qué nos deja usted en cuánto renovación dirigencial?
J.M.U. Te voy a contestar la de cajón. Lo que te contestaría un dirigente peronista clásico: ´Mi único heredero es el Pueblo´. Ese es el clásico y ahí te tenés que callar y esperar a que te aplaudan…
C.P: Pero usted sabe que cuando escucho ese discurso de Perón en el 74 tal frase no aparece nunca. Parece que la pusieron ustedes…
J.M.U: Eso es lo bueno nuestro…le hacemos decir a Perón todo (risas). Pero volvamos al tema. Yo de verdad creo que lo mejor que le puedo dejar a Salta es un sistema institucional sólido: Consejo Económico Social; Sistema de Voto Electrónico; Financiamiento Público de las Campañas Electorales – que muchos me critican porque se gasta mucho pero es mejor para dar equidad y que no gane siempre el más rico y el pobre nunca puede ni siquiera competir -; Plan de Desarrollo Estratégico. O sea… generar un marco normativo, una institucionalidad fuerte y vigorosa que haga que los funcionarios hagan las cosas bien no porque sean buenos o malos sino porque el sistema los impulsa a hacerlo.
Cuando vos querés dejar a alguien es porque en definitiva no confiás en el sistema y yo quiero dejar un sistema, una institucionalidad fuerte para que no dependa ni de mí ni de nadie. En ese marco el problema que históricamente tuvo el hecho de pretender eternizarse fue tratar de dejar herederos que supuestamente van a continuar tu legado. A mí eso me parece casi un acto de soberbia porque yo soy gobernador por imperio constitucional, por cuatro, ocho o doce años y después tengo que dejar el lugar al que viene. Si pretendo ser el organizador de lo que viene estoy creyendo que soy más importante de la propia historia.
Es una cuestión conceptual. Sé que no es fácil en una sociedad súper personalista y casi paternalista en donde el que está tiene que ocuparse hasta de lo que venga después. Y no es que yo esté despreocupado, desinteresado o no me importe lo que pase. No. Lo que yo quiero es respetar de verdad la cuestión de la institucionalidad porque quiero que Salta sea efectivamente una provincia moderna, que no dependa de una persona y que tenga otro perfil. Para eso tenés que evitar la tentación de hegemonizar el Poder y sobre todo de eternizarlo. Si yo te digo que te lo voy a dejar a Juan, a Pedro, a María y a Celeste, lo que te estoy diciendo es que quiero seguir conduciendo este proceso.