Un informe de la ONU que mide el crecimiento económico, la inclusión social y la sostenibilidad ambiental para establecer un índice de sustentabilidad; ubica a Salta en los últimos puestos junto a Formosa, Chaco y Santiago del Estero.
Esas son las tres variables que el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en Argentina (Pnuda) tuvo en cuenta a la hora de realizar un ranking provincial según el nivel de desarrollo sostenible. El informe, precisó el diario La Nación del día de ayer, se elaboró con datos de 2016 y estableció un Índice de Desarrollo Provincial (IDSP).
La Ciudad Autónoma de Buenos Aires encabeza la lista en todas las dimensiones, con un 0,792 de IDSP -los valores van entre 0 y 1: cuanto más cercanos al 1, mayor nivel de desarrollo sostenible- a una distancia considerable de otras provincias como Salta (0,464), Formosa (0,451), Chaco (0,436) y Santiago del Estero (0,313) que están en los últimos puestos. En el caso de Santiago del Estero, los especialistas aclararon que en el momento de realizar la medición había tenido un proceso de deforestación muy grande y eso incidió mucho en la caída de su índice de sustentabilidad ambiental», subraya.
Volviendo a las mejor posicionadas, hay que decir que por debajo de la CABA se encuentran Chubut, Mendoza, San Luis y Neuquén. En tanto, la provincia de Buenos Aires está en el puesto número nueve, mientras que Santa Fe y Córdoba ocupan la media del ranking.
¿Cómo se explica que Chubut y Río Negro estén más arriba que Córdoba y Santa Fe? «Uno de los factores es que el índice de ingresos de las provincias patagónicas, desde hace mucho tiempo, es muy alto en comparación con el resto del país. Eso las lleva para arriba en términos de crecimiento económico y de nivel de capital humano, dado que atraen mucha migración de profesionales y de trabajadores calificados», responde Rubén Mercado, economista y director del Informe Nacional Sobre Desarrollo Humano 2017 del Pnuda.
En relación con los últimos puestos del ranking, especialistas consultados aseguran que se trata de un «reflejo de cómo no se logran cerrar algunas brechas y garantizar coberturas en servicios y beneficios que deberían ser universales».