A favor de multiplicar las voces en los medios, un grupo de estudiantes de la UNSa decidió que la política comunicacional del presidente Macri debía ser resistida desde la autogestión y la polifonía. Es lo que hacen en Buufo. (F.H.)

“Pueden cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera”, advierte el poeta Pablo Neruda. Y, cual semilla que lanza su brote en los más áridos terruños, el proyecto multimediático Buufo, con pretensiones de autogestión, se abre paso en el espectro mediático salteño en pleno gobierno nacional de Mauricio Macri. Precisamente ése hecho político fue el último espaldarazo que motivó a un grupo de estudiantes a convertir en realidad algunas ideas que ya venían flotando en sus conversaciones.

“Después de que el gobierno del PRO derogó por decreto la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y disolvió la AFSCA y la AFTIC, decidimos que este año íbamos a largar un portal de noticias”, comenta uno de los promotores del embrionario proyecto comunicacional emprendido por estudiantes de la Universidad Nacional de Salta (UNSa). Seguidamente, él mismo muchacho, Emiliano Frascaroli, afirma que los guía el afán de “empoderamiento informativo”, el cual ven jaqueado por la política comunicacional que se refracta desde la Casa Rosada.

Además de él -abocado a la sección Nacionales-, en la mesa del bar están Agustín Ochoa, responsable de audiovisuales y Gabriel “Lolo” Bautista, encargado de la sección Salta conjuntamente con Alexis Miranda, quien también está presente en la cita. El cronista realiza preguntas, también se permite comentarios, y los muchachos de Buufo se turnan para responder, dando cuenta de uno de los valores que pretenden instalar con la iniciativa: heterogeneidad, múltiples voces.

Desde el 14 de marzo, cuando se lanzó la página web, se fueron sumando varias voluntades que se encantaron con la propuesta. Pasaron de contar los integrantes con los dedos de una mano a que las extremidades de todo un cuerpo sean insuficientes para enumerar a los colaboradores actuales. Según calculan, son cerca de 27 personas las que participan de las producciones y coberturas, cada una con un grado de compromiso diferente. “Algunos necesitan tener otros laburos, otros están con temas personales o académicos, entonces la participación varía según el caso”, reconoce Lolo.

“Tratamos de hacer un periodismo por y desde abajo”, agrega, mientras que Agustín complementa: “Nos planteamos innovar, incorporar cosas nuevas que los medios tradicionales no tienen”. Destacan también la importancia de las redes sociales, a través de las cuales han conseguido posicionarse rápidamente en el ámbito universitario.

Autogestión

Al momento del encuentro con Cuarto Poder, Buufo experimenta un proceso de consolidación con su consecuente trauma económico. “Como había elecciones en la UNSa, apenas largamos la página conseguimos que las listas en campaña publiciten y con eso pudimos solventar determinados gastos básicos”, rememora Alexis y añade que “ahora tenemos que conseguir nuevas publicidades”.

“Vamos a tener que ver cómo conseguimos ingresos para que vaya creciendo el proyecto, siempre y cuando eso no implique empezar a ser obsecuentes”, afirma Agustín al tiempo que Emiliano agrega que “pensamos articular nuestro laburo con organizaciones sociales y otros actores de la sociedad”.

La autogestión, entienden, tiene menos que ver con el ingreso de dinero que con la independencia para producir contenidos. “Por eso no vamos a conformarnos con habilitar un número de Whatsapp para que los lectores manden mensajes, queremos que la audiencia participe más activamente, que tome protagonismo”, subraya Emiliano pero admite que aún no saben de qué manera lo conseguirán.

No sólo de Humanidades

Otro eje que destacan sobre el proyecto comunicacional es la inter-disciplinaridad que lo atraviesa. Desde un principio formaron parte de Buufo no sólo estudiantes de la facultad más hippie de todas, Humanidades, sino también compañeros de otras unidades académicas. Chicos de Exactas son los encargados de las cuestiones informáticas que ameritan más saberes técnicos.

“La idea es integrar compañeros de otras facultades también, estamos pensando en sumar chicos de Ciencias Económicas para que puedan ocuparse de las cuestiones de marketing y publicidad”, comenta Lolo. “A medida que vamos haciendo las cosas, vemos que nos falta y con quiénes podemos articular nuestro trabajo, estamos en plena conformación”, indica Agustín.

En el bar céntrico adonde se consuma la charla, no son pocas las miradas de los distraídos que al pasar oyen fragmentos de las afirmaciones de los jóvenes. Llama la atención el entusiasmo, la claridad de sus horizontes y también la humildad para reconocer las limitaciones. “Todavía estamos definiendo una línea editorial, lo que sí tenemos claro es que no somos de derecha ni neoliberales”, enfatiza Alexis.

Gajes del oficio

La sentencia del juicio contra Marcos Levín e integrantes de la fuerza policial por delitos de lesa-humanidad perpetrados en la última dictadura militar, estaba pautada para las 15 horas del 28 de marzo último. Agustín y Lolo estuvieron allí un par de horas antes, se habían propuesto tener imágenes exclusivas que abonen a una cobertura de calidad.

“El video que subimos a internet lo levantó Crónica, lo pasó varias veces”, Agustín dice con un orgullo apocado. La baja exaltación tiene un motivo principal: el canal metropolitano no tuvo la deferencia de citar la fuente. “No le habíamos puesto marca de agua y entonces lo levantaron de YouTube sin tener que poner que era nuestro”, rezonga Emiliano. Alexis promete que nunca más se olvidarán de aquel detalle, el aprendizaje es tan indeleble como las marcas de agua que ahora utilizan.

Otra situación conspicua en la corta vida de Buufo fue la cobertura de la segunda a vuelta de las elecciones en la UNSa. En la facultad de Económicas, adonde estaba apostado el supuestamente aséptico Centro de Cómputos, Alexis y Agustín fueron increpados por militantes de la Franja Morada, que los vincularon con la lista Universidad Futura (UnFu), opositora al actual rector, Antonio Fernández Fernández. “Fue una situación violenta pero también graciosa, los tipos pensaban que le estaban hablando a la gente de UnFu, gritaban en la cámara que NOS habían ganado. Nosotros no éramos UnFu”, aclara Emiliano.

¿Por qué “Buufo”?

Cuando hubo que discutir el nombre del multimedio, la alusión territorial a la provincia era un número puesto. “Salta” tenía que estar necesariamente, se trataba de un anclaje de relevancia. El inconveniente era que ya muchos diarios, medios y portales habían sido guiados por la misma presunción, debían encontrar una vuelta de rosca.

La idea fue recuperar otra acepción de la palabra, la de brincar, que representaría la versatilidad y dinamismo que pretenden imprimirle a su objetivo de “empoderamiento informativo”. Pensaron entonces en un sapo, insignia de la tipología de saltarines -en la que también se cuentan los conejos y los canguros, entre otros-. Bufo, según aseveran, quiere decir sapo en latín. La doble U se dio por accidente –no estaba disponible el dominio web con una sola U.