El modelo de ajuste que propone el candidato libertario sólo cierra con una mayor flexibilización de los despidos y es allí a donde apunta su plan de “modernización laboral”. ¿Cómo es el modelo de “cese laboral” inspirado en la UOCRA, pero engendrado en plena dictadura?

Nicolás Bignante

Después de su victoria en las PASO, Javier Milei divulgó un documento que detallaba su posible programa de gobierno. En este documento, se destacan aspectos como la “modernización laboral” y el reemplazo del sistema de indemnizaciones por despido por un plan de seguros de desempleo.

El modelo que Milei menciona se basa en el “Fondo de Cese Laboral” de la UOCRA, una iniciativa que también fue respaldada por la administración de Mauricio Macri y Roberto Lavagna durante la pandemia. En este sistema, los empleadores aportan un porcentaje del salario de los trabajadores mensualmente a un fondo que se utiliza como alternativa a las indemnizaciones por despido. Este fondo se constituye mediante un acuerdo colectivo con la participación de cámaras empresariales y el principal sindicato del sector.

Milei propone que las compañías de seguros privadas participen en este sistema, aunque no especifica si el aporte sería responsabilidad del empleador o del empleado.

En cuanto al proceso de cobro, este sistema se asemeja al proyecto que intentó promover Mauricio Macri. Según el proyecto de ley, el trabajador tendría derecho a retirar los fondos una vez que el empleador haya notificado la decisión de terminar la relación laboral. La empresa debe informar al instituto encargado del fondo y, en un plazo de cuatro días hábiles, el instituto debe depositar los fondos. El trabajador puede retirar la totalidad de los fondos o hacer retiros parciales de manera periódica. Mientras los fondos están en el instituto, se capitalizan.

Si el administrador del fondo no realiza el pago, el empleado puede amenazar con emprender acciones legales contra el instituto y el empleador. Si la empresa incumple sus obligaciones con el fondo, puede quedar excluida de la cobertura, sujeto a posibles demandas por parte del trabajador.

Javier Milei argumenta que la regulación laboral en Argentina es obsoleta y obstaculiza la creación de empleo. Su propuesta permitiría que los argentinos que actualmente están fuera del sistema laboral puedan incorporarse con los beneficios que esto conlleva.

Consecuencias:

En primer lugar, esto simplifica los despidos, ya que permite que los empleadores despidan a trabajadores sin previo aviso ni una justificación válida. Esto facilita que los empleadores reduzcan costos laborales al deshacerse de empleados que, por ejemplo, hayan hecho reclamos de seguridad en el trabajo o no hayan realizado contribuciones al fondo de desempleo.

En segundo lugar, reduce los costos laborales, ya que elimina elementos como el aguinaldo y las horas extras del cálculo de las indemnizaciones. También, en gran medida, elimina el reconocimiento de la antigüedad de los trabajadores, permitiendo que las indemnizaciones se paguen en cuotas más pequeñas y manejables.

En resumen, esta situación se traduce en una mayor libertad para que los empleadores realicen despidos. Myriam Bregman mencionó esto en el debate presidencial, pero Javier Milei no ofreció una respuesta. Según expertos en derecho, la ley en cuestión podría ser inconstitucional, ya que fue creada por un gobierno no democrático y discrimina a un grupo de trabajadores.

Para tener una idea más clara de la situación, según estimaciones de un sindicato de la construcción que se opone a la UOCRA (SITRAIC), un trabajador de la construcción con 10 años de antigüedad recibe aproximadamente el 40% de las indemnizaciones que recibiría un trabajador de la UOM (Unión Obrera Metalúrgica) que está sujeto a la Ley de Contrato de Trabajo.

La evidencia en contra

El “modelo UOCRA” tampoco contribuyó a reducir la “informalidad laboral”, a pesar de lo que afirma Milei. La proporción de trabajadores no registrados en 1998 era del 62,8%, y en la actualidad se sitúa en el 56%, lo que significa que todavía hay 555,000 trabajadores que carecen de derechos laborales, y ni siquiera el cuestionable fondo de desempleo ha resuelto este problema.
Sin embargo, existe otra razón por la que la derecha se ha mostrado favorable al “modelo UOCRA”. La Ley 22.250 se combina con el convenio UOCRA 76/75, siendo el único convenio que, en lugar de las 8 horas laborales estándar, legaliza las 9 horas diarias (sin compensación por horas extras). Este “combo” se utiliza en diversos sectores para la tercerización y precarización del empleo, abarcando industrias como las telecomunicaciones, la electricidad, el petróleo y, en muchas fábricas. En resumen, esta combinación de leyes y convenios representa una herramienta que facilita la explotación laboral y los despidos sin costos significativos.

La UOCRA advierte

Gerardo Martínez, líder de la UOCRA, vio nacer la legislación que impera en su gremio y que Milei pretende imponer a todo el universo de trabajadores. Fue en plena dictadura, el 11 de julio de 1980, cuando los militares actualizaron la Ley 17258, sancionada años atrás en un acuerdo entre el sindicalista Rogelio Coria y Onganía. Poco tiempo después, entre el 1 de marzo de 1982 y el 31 de diciembre de 1983, Martínez pasó a desempeñarse como agente de inteligencia del Batallón 601 del Ejército.
Hace pocos días, el sindicalista expresó su preocupación por el enfoque de indemnizaciones laborales promovido por Milei. Según Martínez, “no resuelve completamente” el problema de la terminación de contratos laborales”, por lo que llamó a la “responsabilidad”.

Durante un panel sobre empleo, en compañía del presidente de la UIA, Daniel Funes de Rioja, y el CEO de Ford Argentina, Martín Galdeano, Martínez compartió que había conversado con Milei sobre el “fondo de cese laboral” que se utiliza en la industria de la construcción y que Milei propone como parte de su plataforma electoral.

Martínez señaló que este fondo, aunque proporciona más predictibilidad, no soluciona por completo el problema, ya que existen casos en los que los empresarios no realizan el depósito mensual del 12%, y cuando se produce la finalización de un contrato, ya sea por decisión del empleador o porque el trabajador se traslada a otro trabajo, los recursos correspondientes a este fondo no están disponibles en la cuenta bancaria en la que se supone que el sindicato había realizado el descuento.

El sindicalista explicó que esta situación a menudo lleva a disputas en el momento de la terminación del contrato, ya que los trabajadores de la construcción a veces no realizan sus aportes y tratan de negociar directamente con el empleado.

Martínez también destacó que esta falta de responsabilidad no es exclusiva de los empleadores, ya que también existe del lado de los trabajadores. En este sentido, abogó por una relación laboral más predecible y una mayor responsabilidad tanto de los empleadores como de los trabajadores en sus acciones.

Finalmente, Martínez aclaró que su candidato presidencial no es Milei y, sin mencionarlo, insinuó su apoyo a Sergio Massa, de Unión por la Patria.