La rapidez y vehemencia de las medidas que tomó el actual presidente de los argentinos es noticia en todo el mundo por sus intromisiones en los otros poderes del estado y la falta de independencia que se observa tanto en la Cámara de Senadores como de Diputados de la Nación.

Por José Veronelli

 

Es un error comparar el espíritu de las medidas de Milei con las de figuras de la historia argentina como la de Juan Manuel de Rosas, estanciero, político y militar argentino que gobernó la provincia de Buenos Aires en varias ocasiones durante la primera mitad del siglo XIX. Su gobierno se caracterizó por la represión de la oposición política y la implementación de políticas proteccionistas y nacionalistas. Además, se llevó a cabo una política de expansión territorial y se enfrentó a varias guerras civiles y conflictos internacionales.

 

Las medidas más importantes que tomó Juan Manuel de Rosas durante se orientaron a políticas proteccionistas y nacionalistas fomentando el desarrollo económico y la producción nacional. Además, se implementó un sistema político centralizado que se caracterizó por la solicitud al Congreso de adjudicarle superpoderes legislativos y judiciales.

 

Las principales medidas fueron la Restitución de la paz en el territorio de la campaña bonaerense, como la prohibición de la portación de armas sin autorización del gobierno. La Protección de las fronteras: Estableció alianzas con algunos grupos indígenas y empleó el uso de la fuerza para proteger las fronteras. Medidas económicas: Durante su primer gobierno, recortó gastos, aumentó impuestos y superó lentamente el déficit fiscal heredado. Y Reformas legales: Durante su primer gobierno, se llevaron a cabo reformas en el Código de Comercio y en la Disciplina Militar, así como la reglamentación de la autoridad de los jueces de paz de los pueblos del interior.

 

Rosas ejerció el cargo de gobernador de la provincia de Buenos Aires en dos períodos. El primero fue entre 1829 y 1832, y el segundo fue desde 1835 hasta su renuncia a raíz de la derrota en la batalla de Caseros el 3 de febrero de 1852. Durante estos períodos, Rosas tuvo un gran impacto en la política y la sociedad de Argentina, siendo una figura controvertida y de gran influencia en la historia del país.

 

Con los poderes legislativos y judiciales que se le atribuyen a Juan Manuel de Rosas se lo ha apodado como el Restaurador, palabra polémica para muchos. Le otorgaban poderes amplios en todos los ámbitos del gobierno, esto incluía la capacidad de controlar el poder legislativo y judicial, así como la policía y el ejército.

 

Rosas fue conocido por su empatía y capacidad de consenso entre sus filas, un líder carismático que condujo la naciente Nación Argentina contra enemigos internos y externos, condiciones que hacen única a esa época donde administró la economía, la aduana, el comercio y la defensa de la frontera de Buenos Aires y de la Confederación Argentina.

 

Por otra parte, tenemos el DNU del gobierno de Milei con 366 medidas que derogan y/o modifican leyes sensibles para el ejercicio del gobierno nacional. A esto se le suman más de 250 leyes que buscan reformar de fondo el funcionamiento del Estado. Necesitamos pensar en otros presidentes que hayan gobernado queriendo manejar los poderes legislativos y/o judiciales, han intentado controlar o influir en estos poderes figuras como Juan Domingo Perón en la década del 40 y Carlos Menem en la década del 90.

 

Algunos otros ejemplos incluyen el intento del presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt de aumentar el número de miembros de la Corte Suprema en la década de 1930 y el intento del presidente turco Recep Tayyip Erdogan de controlar el poder judicial en la década de 2010. También está el intento del presidente ruso Vladimir Putin de controlar el poder judicial en la década de 2000 y el intento del presidente húngaro Viktor Orbán de controlar el poder judicial en la década de 2010.

 

De los últimos casos al respecto están los intentos de los presidentes brasileño Jair Bolsonaro, del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador y del presidente peruano Pedro Castillo, todos intentando controlar el poder judicial. En el caso de Jair Bolsonaro, se ha cuestionado su influencia en la designación de jueces y fiscales, así como su intento de modificar la composición del Tribunal Supremo. De Andrés Manuel López Obrador se ha cuestionado su intento de modificar la composición de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y su crítica constante a los jueces y fiscales. Y en el caso de Pedro Castillo, se ha cuestionado su intento de controlar la designación de los fiscales y su crítica constante al poder judicial y legislativo.

 

Los decretos de Milei en cuestión intentan controlar o influir en los poderes legislativos y/o judiciales, tomando decisiones sobre temas extremadamente sensibles en lo que está reglamentado que no se puede intervenir a través de DNUs, como lo son cuestiones fiscales, penales y electorales. Cualquier intento de controlar o influir en estos poderes es un ataque a la institucionalidad, al Estado de Derecho de la República Argentina, y una violación a la independencia de los poderes del Estado, como principio fundamental de esta democracia que acaba de cumplir 40 años.