La interventora de Espacios Públicos, Susana Pontussi, confirmó que los vendedores deberán abonar esa cifra para contar con un metro cuadrado para vender flores. La insensibilidad a flor de piel.
En pleno milagro, el plan para «poner orden» de la municipalidad de Salta muestra su cara más salvaje. Los vendedores de claveles deben abonar la increíble cifra de $24.000 para obtener el permiso de instalarse en las inmediaciones de la catedral.
Días atrás, la interventora de Espacios Públicos, Susana Pontussi, había anunciado que no le cobraría el canon a los feriantes del campo de la Cruz, lo que fue bien recibido por los trabajadores. Sin embargo, los vendedores ambulantes de claveles deberán desembolsillar la suma para trabajar durante el milagro.
Según contaron los comerciantes, los claveles cuestan $300 cada uno, o pueden optar por llevar 2 por $500 o hasta 4 por $1000. De manera que, cada vendedor debe vender un total de 80 claveles para cubrir apenas el costo del permiso municipal. Un negocio que sólo le cierra a la muni.