Más perdidos que «Oso» en Bolivia

Rosca salteña: Cruces, disputas y bloopers de Campaña

 

La semana previa al cierre de listas para las legislativas de mayo dejó más que disputa por los nombres y negociaciones de último minuto. Incorporaciones predecibles, errores de geografía, y peleas entre viejos compañeros de gabinete protagonizaron el cierre de una saga política que ya tiene tintes de telenovela.

 

Como era esperable, el cierre de listas para las elecciones legislativas provinciales de mayo en Salta llegó con todos los ingredientes de una clásica rosca política: negociaciones frenéticas, traiciones a los acuerdos previos, y, como de costumbre, algunos bloopers que nos recuerdan que la política es también un terreno de experimentación para la metida de gamba. Mientras los principales frentes buscaban asegurarse el respaldo necesario para las urnas, no todo fue consenso y acuerdos en los pasillos de la política salteña. Lo que en principio parecía una negociación sin mayores sobresaltos y con nombres predecibles, terminó siendo una carrera de obstáculos, con peleas por denominaciones, acusaciones cruzadas y figuras que aparecen y desaparecen con la misma rapidez con la que se anuncian promesas de campaña.

Uno de los temas más candentes en esta previa al cierre de listas fue la disputa por los nombres de los frentes, que en Salta no solo tienen un valor simbólico, sino que son una suerte de bandera política con la que cada sector se juega su protagonismo. Como si fuera poco, los tradicionales “blooper” políticos también hicieron su aparición, recordándonos que no hay campaña que se respete sin alguna “meada fuera del tarro”.

Frente Liberal Salteño: el retorno de Paz Posse

En medio de la rosca, uno de los frentes que más protagonismo tuvo fue el Frente Liberal Salteño. Esta coalición, que en los últimos meses ha intentado posicionarse como alternativa al olmedismo con peluca, logró sortear el intento de La Libertad Avanza (LLA) de impugnar su denominación. La Justicia Electoral falló en contra de este reclamo y dio vía libre al uso del nombre para los liberales cercanos al Grand Bourg.

Entre los movimientos predecibles de este frente en las últimas jornadas, estuvo la incorporación de una figura política conocida, pero de relevancia moderada: “Pino” Paz Posse. En las elecciones de 2023, el ex presidente del directorio de Aguas del Norte se presentó como candidato del frente Salta Avanza, buscando captar el incipiente voto libertario en la provincia. Sin embargo, su figura estuvo siempre ligada a los intereses del oficialismo provincial, jugando en las sombras para los sectores más cercanos a Sáenz. Su incorporación al Frente Liberal Salteño llega con menos impacto de lo que se esperaba, ya que no se trata de una figurita nueva, sino de un jugador más de un tablero donde los nombres de peso brillan por su ausencia.

En este contexto, la estrategia de mezclar viejos nombres con el impulso de una supuesta “renovación” parece ser la fórmula preferida del Grand Bourg para captar votos por derecha y partir el voto opositor. En fin, si otrora dio resultado ¿por qué no intentarlo de nuevo?

Peronistas reparten puntos

La reciente intervención del PJ por parte de la conducción nacional encendió una guerra interna que parece lejos de terminar. Ya no es sólo por el poder real, sino también por el nombre.

El detonante de este conflicto fue la intención del sector afín a Gustavo Sáenz de utilizar el nombre “Frente Peronista Salteño” para su nueva alianza. Todo parecía encaminado para un acuerdo “amistoso” hasta que la justicia electoral salteña decidió ponerle el freno de mano. El tribunal prohibió el uso del nombre “Frente Peronista Salteño”, sin miramientos ni remordimientos, dejando a ambas facciones sin esa denominación.

Así, el flamante “Frente Justicialista Salteño”, creado a último momento por los camporistas, apareció como una respuesta de emergencia, como el nombre que, a fuerza de uso, se fue ganando su lugar entre las propuestas.

Los saenzistas, ahora con la marca “Vamos Salta”, intentan despegarse de todo lo que huela a intervencionismo o a la vieja política que tanto reniegan en sus discursos, mientras que los de Sergio Berni, con su clásico tono de “herederos de la lucha histórica”, dan la batalla por el control simbólico de la marca peronista en su versión más ortodoxa.

Cruce de viejos compañeros

Si la política salteña es conocida por sus acuerdos y disputas entre viejos conocidos, el cruce entre Matías Posadas y Ricardo Villada es un ejemplo más de cómo los viejos aliados pueden convertirse rápidamente en fieros enemigos. Posadas, quien se presenta como referente del frente Juntos, fue ex radical, ex miembro del Frente Plural y, también, ex funcionario del Grand Bourg. En la previa del cierre de listas, se despachó con durísimas críticas hacia su ex compañero de gabinete, Ricardo Villada, y el vuelto no tardó en llegar:

“Matías en 2021 fue candidato de uno de esos frentes. No sé si recuerda o no, pero que vaya a buscar. Y perdió. Y como perdió, se enojó y se fue del gobierno”, dijo el ministro de Gobierno.

Posadas devolvió el favor y dejó claro su intento de polarizar con el gobierno: “Así es, en 2021 me fui del gobierno enojado (como muchos salteños), porque nos dimos cuenta que no querían cambiar nada y no nos equivocamos. Hoy tenemos una provincia estancada, sin seguridad, sin salud y prometiendo las mismas obras que hace 4 años”.

Entre ambos, las declaraciones no solo fueron un intercambio de palabras cargadas de reproches, sino un claro reflejo de la polarización que atraviesa la política salteña, donde las antiguas alianzas ya no son más que polvo en el camino.

El «Oso» en Bolivia

Los clásicos pifies de la dirigencia oportunista tampoco estuvieron ausentes. El senador Sergio “El Oso” Leavy, se llevó las palmas al protagonizar uno de esos errores que, más que ridículos, resultan gravemente sorprendentes. En su intento por solidarizarse con los afectados por la crecida del río Pilcomayo (y de paso tirar una bombita a la provincia), Leavy cometió un error de geografía digno de un manual de “Cómo no hacer campaña”. En vez de publicar una foto del Chaco salteño, publicó una imagen de Tupiza, en Bolivia, ¡y de 2019! La metida de gamba no solo motivó descansos de todo tipo por parte de los internautas, sino que también dejó en evidencia la desconexión de algunos funcionarios con las problemáticas locales.

El avezado observador de la política local, ni siquiera pudo advertir que en el chaco salteño no hay serranías, como las que se ven en las fotografías. Como si se tratara de una metáfora de su programa político, “El Oso” sigue mirando postales que, evidentemente, tienen poco que ver con la realidad.

Lo que nos espera

A pocos días del cierre de listas, la política local parece estar más atrapada en el escenario de los conflictos internos que en las propuestas para el futuro. Entre alianzas, traiciones y figuras que van y vienen, los electores de la provincia se enfrentan a un menú variado de opciones, pero todas parecen tener algo en común: viejas caras y promesas que no siempre logran despejar las dudas.

El cierre de listas ha dejado más que negociaciones y acuerdos. Ha generado conflictos, situaciones ridículas y un claro recordatorio de que, en la política, lo único que no cambia es la inestabilidad y el caos.