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Mariana Carrizo: “Es casi nula la presencia de la mujer en los escenarios”

La cantante habla sobre su revalorización del Canto Ancestral de la Copla y todo lo que a esa expresión cultural refiere y la gira que realizó por Europa.

Andrea Sztychmasjter


Mariana Carrizo desde niña se inició en el arte de la copla andina, arte milenario del noroeste argentino cultivado casi exclusivamente por mujeres. Ferviente luchadora, Coplera, Cantante, recopiladora, poeta, improvisadora, productora, son algunas de las cualidades que describen a la artista Calchaquí de Salta.

-Cerrando la temporada de verano con festivales importantes en nuestra provincia ¿cómo venís viendo la participación femenina en los mismos?

Este verano la vida me puso una zancadilla a fines de diciembre; me quebró y sacó mi tobillito así que me tocó estar atada a la pata de la cama todo el veranito, y todo va biensito pero muuuy despacito había sido ese asunto! Es casi nula la presencia de la mujer en los escenarios, terrible, pero es así. Eso habla de los organizadores de los festivales; intendentes, directores de cultura, productores, programadores, y demás responsables de los espacios que aun preservan los estereotipos y comportamientos sexistas, basados en la desigualdad de género. Y desde ese lugar se trasmiten las ideas de violencias que se desparraman pa todas partes.

El norte argentino es particularmente machista y hay un pensamiento Muy necio y cruel de parte de la mayoría de los organizadores, programadores y productores en general. Una subestimación muy dura hacia el arte hecho por mujeres y disidencias en todos los géneros, No, solo en el folklore. Y hablo de quienes están a cargo de hacer la curaduría de un evento, es decir, de quienes deciden; quien si quien no va a formar parte de una cartelera en el caso de los festivales.

Les cuesta aceptar que las mujeres también tenemos derechos a esos espacios donde están ellos, ¡y que históricamente fueron okupas de los lugares nuestros y que ahora van a tener que devolver! ¡Aquí estamos, ya despiertas!

Creo que uno de los motivos es el miedo inconsciente que los hombres machistas tienen a las mujeres plantadas en su ser. Mas miedito les tienen a los éxitos nuestros. Eso es muy fuerte. Y aclaro esto, porque hay muchos hombres que están trabajando seriamente para dejar de serlo por el principal hecho que se sienten mejor siendo justos. Y eso es para celebrarlo, son esas cosas las que te dan fuerzas para no bajar los brazos, y seguir la lucha, y especialmente para que ninguna mujer renuncie a ser ella ni mucho menos a sus sueños.

Todo esto no sucediera, si hubiese responsabilidad y humanidad de parte de las autoridades políticas, llámense; gobernadores, Intendentes, etc. Si hubiese políticas inclusivas y que nuestros políticos las respetasen, estimo que las generaciones que vienen ya están paradas en otro lugar emocional al respecto, felizmente.

Por ahora, son muy poquitos los que están a la altura de la igualdad de derechos y mucho más en cuestiones de género.

Causa mucho dolor, tristeza, Impotencia, desilusión que haya gente a favor de la desigualdad de género.
Una de las injusticias que cometen los programadores y responsables de los eventos en el país, y sucede más marcado en el norte argentino que al encontrarse obligados por la ley de cupo a incluir artistas mujeres en una cartelera, lo que para ellos significa una quita de tiempo físico en el escenario entonces se rigen a cumplir solo con el mínimo del porcentaje de la ley, para que no les caiga las consecuencias económicas y judiciales por incumplimiento a la ley, pero en absoluto existe el interés siquiera mínimo por la propuesta artística de una mujer. Si de la mayoría dependiese, no habría mujeres en los escenarios. Tuvo que sacarse una ley para que haya mujeres.

Por supuesto que la desigualdad es muchísimo más tremenda a la hora de los presupuestos como en todos los ámbitos….

Lo bueno es que las mujeres vamos a estar siempre, A pesar de las estrecheces de los corazones y mentes de los machistas, el arte no tiene fronteras ni género.

Igual entiendo un poco a los hombres machistas, ya debe ser muy difícil para ellos saber y asumir que han sido arrebatadores de los derechos de las mujeres históricamente, por eso celebro y agradezco a los que ya no quieran ni sientan estar de ese lado injusto.

– ¿cómo fue tu experiencia al participar de los festivales a lo largo de tu carrera musical?
-Creo que nadie se imaginó el peregrinaje que ha sido este camino empecinado de cantar mi cultura de origen, o sea que viene de antes de los tiempos “criollos” y que sigue viva. Y lo sigo sangrando aun con todo el caminote hecho. Puedo contarte mil anécdotas descriptivas de momentos inolvidables, ¡los buenos y malos! No con el público, sino con muchas de las personas encargadas de filtrar las propuestas, especialmente en los escenarios.
¡Con el público siempre es la mejor de las mejores! con los hombres nos amamos, a ellos les fascina que me les plante de frente y sin casco! ¡Y ni hablar de las suegras machirulas! tenemos un amor incondicional, aunque la picante les pique!

Un factor común con el que me topo mucho, es que a la “mayoría”, (no todos) de los intendentes y productores no les parece que deba tener un tiempo mayor a 45 minutos en un escenario, porque lo mío es un arte milenario, campesino, con palabra de mujer calchaquí y luchona pa colmo, ¡eso es como una piedra en el zapato! ¡Es como mucho pa ellos, no lo pueden digerir fácilmente, en caso q lo digieran! Ahí no solo paso a ser la problemática por ser mujer sino también por lo cultural.

Por supuesto que nunca me quedé ni me quedaré de bracitos cruzados.

Lo hice desde niña, a los 8 años subí a un escenario por primera vez y nunca se detuvo el andar. Después de haber sido consagración en Cosquín, la caja tomó una importancia en la escena artística, tanto en lo visual como en lo conceptual, obvio para quienes no son del universo de la copla. Cuando yo era adolescente y salía con mi caja a cantar mis coplas, muchas personas me miraban, con asco, lástima, vergüenza ajena, y en ese tono, ¡lo que se te ocurra! Ahora me río de ellos, pero en ese entonces lloraba, lloraba mientras cantaba, tuve una fuerza aparte para seguir siendo yo misma.

-El año pasado estuviste de gira musical por Europa ¿qué nos podés compartir de esa experiencia?

-En esta ocasión estuve en Bélgica, Suiza, España, Alemania e Islas Canarias. Estuve casi dos meses y me morí de frío porque estaba empezando el invierno. La experiencia es muy especial porque paso a llevar el arte de un país, represento a Argentina y a Latinoamérica también como continente y el diálogo y el abrazo en ese intercambio cultural que sucede en cada presentación es muy rico y muy bonito por el encuentro con la cultura milenaria que sucede. Y eso conlleva mucha responsabilidad además de emociones bonitas, como en cada una de las presentaciones en cualquier lugar. Solo que estando fuera del país eso se profundiza.

-Tenés una militancia activa dentro de los movimientos feministas ¿Cómo ves actualmente al movimiento en este contexto social y político?

-Creo que la firmeza de las luchas y la liberación de las mujeres consigo mismas es una clara esperanza para toda la existencia en el contexto sociopolítico global en la actualidad.

Cada día va a haber que enfrentar desafíos nuevos porque la desigualdad de género, la violencia contra las mujeres y disidencias, la discriminación en el trabajo, la falta de representación en espacios de poder, no tan solo física, sino también ideológica y emocionalmente siguen estando y siguen causando mucho daño. Más aún cuando los gobernantes de turno tengan tanto odio a las mujeres y a la clase trabajadora. Las mujeres debemos estar muy muy atentas en este tiempo donde hay tanta crisis política, económica, social ambiental, etc En nuestro país y en el mundo y ante todo eso los primeros derechos vulnerados serán los nuestros. Es un tiempo de alerta colectiva, de mucha solidaridad. Hay que cuidar la salud emocional y también la información que hace daño. Mucho más cuando desde el Estado juegan crudamente con el hambre, la salud y las necesidades básicas de la gente.