Invitados por el Decano de la Facultad de Humidades, Dr. Alejandro Ruidrejo, la Universidad Nacional de Salta recibió a los padres de Micaela García, la joven entrerriana víctima de uno de los femicidios con mayor cobertura y trascendencia mediática en nuestro país. (Veronica Lía Caliva)

Andrea Lescano, presidenta de la Fundación Micaela García “La Negra” y madre de la joven, junto a su marido, el Decano  de la Facultad Regional Concepción del Uruguay de la UTN, Néstor «Yuyo» García, tras la trágica pérdida de su única hija mujer -la pareja tiene otros tres hijos varones-, decidieron seguir transitando por el camino de ideales y  solidaridad de su hija con la Fundación que lleva su nombre y a través de la cual brindan conferencias y difunden  la Ley nacional 27.499, conocida como Ley Micaela, en honor a la joven militante del Movimiento Evita.

La Ley Micaela, promulgada el 10 de enero de 2019, establece en su artículo primero “la capacitación obligatoria en la temática de género y violencia contra las mujeres para todas las personas que se desempeñen en la función pública en todos sus niveles y jerarquías en los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial de la Nación”. La norma establece además, que son las máximas autoridades de los organismos referidos en el artículo primero, con la colaboración de sus áreas, programas u oficinas de género si estuvieren en funcionamiento, y las organizaciones sindicales correspondientes, las responsables de garantizar la implementación de las capacitaciones que comenzarán a impartirse dentro del año de la entrada en vigencia de la ley, siendo el Instituto Nacional de las Mujeres quien certifique la calidad de las capacitaciones que elabore e implemente cada organismo.

Entre los ejes de la conferencia que brindó Yuyo García en la UNSa destacaron el trabajo y mapeo que la Fundación Micaela posee a nivel país tras la sanción de ésta Ley nacional a la que pueden y deben adherir las provincias; la cuestión presupuestaria fue considerada el “talón de Aquiles” de la misma, puesto que no establece presupuesto específico para la implementación y efectivo cumplimiento; la cobertura y tratamiento de los medios locales y nacionales al caso Micaela; la red de solidaridad de los amigos y compañeros de la joven; y el uso político que se hace de estos crímenes de violencia machista fueron algunos de los temas desarrollados por Néstor García a fuerza de puro amor y luchando contra las emociones que nunca lograron quebrarlo pero que atravesaron todo su relato.

Sin lugar a dudas lo que más impactó al auditorio fue el momento en que Yuyo García puso al desnudo lo vivido por la familia durante la desaparición de Micaela y el duro momento en que afrontaron la realidad, su hija había sido violada y asesinada.

En dialogo con Cuarto Poder brindó algunas apreciaciones tras visitar Salta y Jujuy: “Lo que uno ve es que el Estado no resuelve las necesidades de la gente común, también se nota que mucha gente está acostumbrada a esa situación, quizás han perdido la esperanza de luchar por algo mejor, por eso es lindo encontrar también gente que tiene otra mirada y esperanzas de torcer la realidad que no es fácil pero ya es un paso, y a mí me gusta a pesar de que aunque el Estado se resista, aunque los funcionarios se resistan, y aunque mucha gente se resista, me gusta ver a aquel que quiere desde adentro ir cambiando la realdad y ojalá que sea lo más pronto posible, pero bueno si lleva más tiempo llevará más tiempo y si no nos toca ver nada a la generación nuestra que no vea nada pero que para las próximas generaciones la vida sea mejor”, destacó el ingeniero García.

Consultado sobre si cree que las capacitaciones que establece la ley sean permeables a las y los agentes públicos del Estado, consideró que “si uno no tiene esperanzas y no ve que las cosas pueden cambiar no logramos nada, con pesimismo no logramos nada, creo que es un mensaje que hay que dar, las cosas se cambian con optimismo, desde el dolor pero  también con alegría porque la alegría transmite convicciones, transmite optimismo y transmite que las cosas que queremos pueden llegar a ser posibles y eso no significa que creamos que sean fáciles… Pero hay que dar algunos pasos y la Ley Micaela es un paso importante, importantísimo. Tal vez la mayoría no sea permeable a las capacitaciones, pero con que uno escuche y comience a tener otra mirada y a deconstruir su forma de pensar creo que ya es un cambio positivo y fundamentalmente, lo decía en la charla, las provincias que están más alejadas de los centros económicos más poderosos del país, la mayoría de los empleados dependen del Estado y aunque los funcionarios se resistan a cambiar, pero si los empleados, la gente, tiene capacitación en género, muchos de esos empleados van a cambiar su mirada o van a fortalecer la mirada que tienen y van a conversar en el seno familiar donde sus hijos van a escuchar, la esposa va escuchar, el marido  de esa trabajadora va a escuchar, entonces se puede votar diferente y al votar diferente los funcionarios pueden ser diferentes y así encadenando una cosa con otra podemos ir construyendo una sociedad mejor”, señaló el padre de una joven estudiante entrerriana que soñaba con cambiar pequeños mundos y militaba en los barrios más vulnerables de su provincia. 

El Caso Micaela

Micaela García (21), era una estudiante de Educación Física de Gualeguay, oriunda de Concepción del Uruguay, y militante del Movimiento Evita. La joven, que trabajaba en sus horas libres con niñas y niños en situación de vulnerabilidad,  fue vista con vida por última vez cuando salía de un boliche de Gualeguay el 1 de abril de 2017. Su cadáver fue encontrado en un descampado en las afueras de esa ciudad el día 8 de abril.

Según las pericias se determinó que fue víctima de violación y estrangulamiento.  Al momento del crimen, Sebastián Wagner, el femicida de Micaela, fue puesto en libertad por el Juez Carlos Rossi, quien redujo su condena por supuesta buena conducta. El femicida estaba en libertad, a pesar de poseer graves antecedentes por delitos sexuales y de informes penitenciarios que desaconsejaban su libertad. El Tribunal que condenó al femicida consideró en el fallo que fue «probado fehacientemente» que Wagner «abusó sexualmente de Micaela García con acceso carnal y luego procedió a asfixiarla con alevosía para lograr su impunidad y en un contexto de violencia de género».