En otra monumental patinada mediática, el diputado nacional Alfredo Olmedo esta vez estalló en llanto durante un programa televisivo. “Perdimos la ética, perdimos las buenas costumbres, perdimos el temor a dios por sobre todas las cosas”, dijo.

Se puede llegar a sospechar que la técnica de Olmedo en cuanto al manejo mediático sea poco ortodoxa, o bien esté siendo manipulada por una especie de gurú chanta que le aconseja al señor de la campera amarilla que salga en todo los medios posibles mandándose siempre alguna declaración polémica, argumentando sinsentidos o directamente derrapando como lo hizo en un programa televisivo local. Toda publicidad es buena, aún si eso implica hacer varias veces el ridículo.

Esta vez Olmedo estaba de invitado al programa El diario de Durand, y para la finalización del mismo se largó a llorar gradualmente, primero quebrado, comenzó un discurso mirando a cámara, en primer plano y se dirigió a “los políticos del país” (como si él no fuera uno) a quienes espetó: “basta de robarse la plata, no la engañen más a la gente (suspiro) no le mientan”, de ahí en más comenzó el derrape.

Con frases poco entendibles tales como “si el dinero a ustede’ lo hace feliz, allá con su dinero, pero no con el hambre del pueblo, ni mucho menos con las ilusiones” (sic) siguió la diatriba contra la clase política de la que en lo que duró esta corta escena lacrimosa, trató de separarse todo el tiempo, por momentos con frases que rayaban la posibilidad de un ACV: “no podemos vivir en una argentina así, que todos los días ten’ en la televisión a ver qué dijo el uno, a ver qué dijo el otro y la realidad que cuando el pueblo vuelve a la casa o tiene el hijo violado o lo acaban de asaltar por el celular o no tiene lugar en el hospital o no tiene agua potable en el año 2018… Qué nos pasó a los argentinos” (nuevamente sic).

En ese momento desaforado, empezó el discurso moralista/místico: “Perdimos la ética, perdimos las buenas costumbres, perdimos el temor a dios por sobre todas las cosas”, argumentó el diputado ante la visible incomodidad de los presentadores del programa que miraban para otros lados, o al celular. Y Nuevamente al borde del llanto, aprovechó para tirarse un par de flores: “Ustedes saben que de este hombre, todos los días, sale un sueño nuevo para solucionar la historia de nuestro país”.

Ahí fue interrumpido por el conductor del programa, quien le comentó “está emocionado”, y Olmedo contestó, en el pico máximo de catarsis televisiva, “por supuesto”. Y se hizo al que lloraba, nuevamente. “Lo devastaron al país”, dijo para luego largar una perorata contra las drogas, el narcotráfico y “los políticos”.