En una carta difundida, desde la casa de altos estudios privada aseguran que el aborto “no es una acción del ámbito privado ni un servicio a la salud pública”. 

Desde la casa de altos estudios -privada- emitieron una carta en la que explican por qué se debe rechazar el proyecto que permitiría que mujeres interrumpan su embarazo sin tener que pagar consecuencias penales:

UNIVERSIDAD CATÓLICA DE SALTA: AL SERVICIO DE LA VIDA

La cuestión del aborto no es algo banal ni que pueda ser usado para tapar otros graves problemas de la agenda pública. 

El debate social y legislativo sobre el aborto necesita que se exponga la realidad de qué se trata, sin eufemismos. 

Objetivamente es la supresión de la vida de un nuevo individuo humano. No es de otra especie. No es un órgano ni una formación anómala del cuerpo de la madre gestante. 

Desde el momento de la concepción es siempre el mismo individuo que se desarrolla en el seno materno hasta el alumbramiento, y sigue su proceso de crecimiento después del nacimiento. 

El aborto no es una simple interrupción con posibilidad de ser retomado: al sacar al niño de su lugar propio nunca más recupera su vida. Por ello no es una acción del ámbito privado ni un servicio a la salud pública. 

El derecho argentino le reconoce la condición de persona a este individuo humano; no podría ser de otra manera. ¿Con qué razón sustantiva introducir diferencias específicas en las etapas de desarrollo de un mismo individuo que muestra su continuidad? 

También son reales los problemas personales y sociales que afligen a muchas mujeres y hacen pensar en el aborto como solución. Asimismo, hay reales problemas de salud del niño que se pueden detectar en la gestación, ¿por qué desechar como descartables a los niños con problemas de salud? 

En su art. 75 inc. 23 la Constitución Nacional manda al Congreso de la Nación que dicte un régimen integral de protección del niño desde el embarazo y también de la madre. 

Hasta ahora este mandato permanece como un proyecto fundamental pero incumplido. 

El aborto es un mal social que hay que evitar; lo que no se hace legalizándolo ni regulándolo. Nunca existe el derecho a quitar una vida humana. No es sólo cuestión de convicciones religiosas, sino de un imperativo básico de humanidad. 

Que haya madres en desamparo o en dificultades angustiosas, de modo que no vean otra salida que el aborto o que padezcan las consecuencias biológicas y psíquicas de haberlo realizado, también es un mal social. Que nazcan niños con problemas de salud es un desafío a la sociedad. Existe el mandato de solidaridad con la madre gestante y con el niño en necesidad. 

Ante la vida sólo nos cabe su respeto y cuidado, especialmente en la mayor fragilidad. Esta actitud mide el grado de desarrollo humano de una sociedad y de su proyecto político. 

Esta Universidad se pone al servicio de la vida, al servicio de los niños y de las madres en vulnerabilidad. Queremos participar de un proyecto nacional que asuma que nuestra Patria necesita de todos los argentinos y de muchos más argentinos.