Quien tuviera el máximo poder de decisión de la Provincia por casi una década, no pudo allanarse como el resto de los once ministros a la espera resignada de los anuncios del propio gobernador Juan Manuel Urtubey, por lo que se adelantó a dar explicaciones públicas por puro imperio de su ego personal.
Usando el aparato del Estado en los medios por última vez, cuando si algún otro de sus colegas ministros hubiera querido hacerlo él mismo se lo hubiera impedido, Carlos Parodi se autojustificó conferencia de prensa mediante, y adelantó que será candidato a gobernador.
El hombre que hizo de la pleitesía en favor de sí mismo un culto y canonizó el régimen del antojo y el mutismo pretende, en una última jugada, echar por tierra la supremacía que se esmeró en construir durante años redimiéndose, al punto de anticipar que va a salir a tocar puertas. Con un largo camino por delante y menos de 1 punto de conocimiento popular, según las propias encuestas fraguadas, el sujeto de cabello y segundo nombre extraños, hizo su único descargo.
Parodi no ofrecía café a nadie que solicitara audiencia. No se trataba de un ahorro a los gastos del Estado, ni en el cumplimiento irrestricto de su acotada agenda, sino que se trataba de una actitud personal de poca tolerancia al trato personalizado que con un café de por medio se “estiraría 8 minutos” innecesariamente. Esto, que parece una actitud mezquina y de destrato, es confirmada por intendentes, diputados y cualquier persona a la que se le daba la oportunidad suprema de acceder a hablar con el exjefe de gabinete.
El resto de sus actitudes turbadas consistían en no saludar a nadie, y por ende que nadie le dirigiera la palabra; en desoír los argumentos suplicantes del resto de los ministros en situaciones emergentes; y la aplicación arbitraria de su propio criterio para todos los temas. En los últimos años redujo una cantidad de ministros a la calidad de agentes ordinarios de la administración pública, sin recursos, ni caja chica, ni voz, quienes sólo veían a Carlos Parodi en las puestas en escena de Gabinetes del Interior provincial, donde la reunión era sólo a los fines de la foto ya que no tenía ningún resultado o efecto sobre las realidades de cada zona a la que visitaban.
El compromiso social del exjefe de gabinete resultó nulo a lo largo de sus tantos años al frente de la economía provincial ya que la historiografía de los más vulnerables, como les gusta decir a los funcionarios, está plagada de furcios: en la mayoría de los casos no se contaba con subsidios ni ayuda inmediata, menos promoción de derechos de mujeres, gays o niños, lo que motivó, hace más de un año, la urgencia por salir de esquema gubernamental de la ministra Pamela Calletti. La funcionaria resultó la más dañada en este esquema no sólo por su condición de mujer, dada la manifiesta misoginia de Parodi, sino que no le tocaba nunca el turno de la asignación de recursos para dar mínimas respuestas urgentes que la llevaron a ser agredida una y otra vez en las jornadas de género y vapuleada junto a todas las áreas de asistencia social que fueron las menos consideradas en las prioridades del contador. Otra víctima de la personalidad del ministro coordinador fue el saliente ministro de Hacienda, Sebastián Gomeza quien llegara triunfante de pilotear la administración municipal y terminó pulverizado y en calidad de consorte pero con jerarquía ministerial, sin pena ni gloria.
Párrafo aparte merece la mención sobre la aversión hacia las mujeres, que no sólo se circunscribe a los celos enfermizos de su esposa, Josefina Berniz, que eran por todos conocidos y por imperio del terror, callados, por todos los empleados, sino también la carencia de asesoras de género femenino en sus áreas, salvo las relegadas a secretarias y ordenanzas.
Berniz por su parte, acompañó a su marido en idénticos modos, apropiándose de temas en forma intermite, como las redes sociales, el Parque del Bicentenario, la estética de la carpa que recorría la Provincia y la recién inaugurada oficina vidriada de la oficina de servicios 148 (sólo en su faz decorativa). La señora Parodi, por supuesto con un contrato en el Ministerio de Gobierno, tenía la debilidad por los adornos y detalles donde se cuentan, tristemente, la construcción abusiva en palo santo- árbol venerado y protegido por los estragos que le acusaron los desmontes al que sólo lo ven en las ferias internacionales en forma de pajaritos – de todos los bancos del parque. Su marido, nunca reveló el sideral costo de este capricho de ornamentación urbana y tumba del árbol más ilustre de los bosques salteños, al igual que la inversión en lona, banners y merchandising que implicó la creación de la carpa errante de Servicios Públicos en su parte superficial. Los criterios del Jefe de Gabinete y su mujer eran inequívocos que, a una joven liberada en un operativo contra la Trata de Personas en el sur del país, le mandaron un pasaje terrestre una semana después de haber sido encontrada. De modo que estuvo desprotegida, sola, y expuesta, una semana pero la carpa lucía manteles que combinaban con los banners, y el ahorro consistía en que cada Ministerio financie el personal que enviaba a formar parte del circo, en viáticos, traslados y meriendas con la obligación expresa de concurrir.
Parodi, relajado y convencido, explicó que su función fue decir que “No” durante las épocas de sequía financiera más duras que atravesó la provincia, y que a su criterio lo hizo holgadamente sin reparar en la autocrítica a sus decisiones parciales y actitudes perversas para con el resto de sus pares, ya que la falta de franqueza, el libelo, el rumor y la alcahuetería fueron los valores preponderantes que imprimió en su entorno inmediato. Por lo más los ministros, amancebados, aprendieron a no quejarse en Gabinete por la falta de asignación de recursos por lo que los gabinetes ministeriales se convirtieron en una mera tertulia de los viernes presididas por él.
Su apresurado viaje a Nueva York durante la pasada semana, no existiendo vencimientos financieros ni gestiones pendientes, levantó las sospechas acerca de los motivos que lo llevaron de vacaciones impensadas en momentos en que se le había solicitado la renuncia como al resto de los ministros que componían el gabinete.
Lo cierto es que Parodi, no soportó la idea de irse en medio la orda de renunciados, comunes y corrientes, y sin el reconocimiento público por sus años de dedicación a la caja registradora de esta provincia. De ahí que convocó a conferencia de prensa, para llevar a cabo lo que nadie más puede hacer (y bien) por su persona: Ponderarse y reconocerse como “bueno” en público, una característica peculiar de la personalidad narcisista que lo asiste.
La creencia de su superioridad, sus condiciones únicas y personales para la gestión de las que está convencido a ciegas, y la orfandad de reconocimiento que conllevan las situaciones críticas como es el velado despido de todo el gabinete que lideraba, lo impulsaron al destaque, manifestando que él no volvería a su función y que renunciaba de manera indeclinable, como para aportarle originalidad al hecho de que “lo corrieron” igual que a todos, por más bueno y diferencial que se considere a sí mismo.
En esta volada mediática, Parodi se relajó en el programa mañanero de Canal 11, donde manifestó sus ganas de juntarse con las barriadas y visitar los vecinos, situación bastante alejada teniendo en cuenta su falta de contacto y empatía con la gente en general y el vulgo, en particular.
Por su parte, el diario matinal sorprendió con un título nimio acerca de la partida «del hombre más fuerte de Urtubey» cuando, en otros tiempos no tan lejanos, no ocultaba su línea editorial, controlando sus viajes y los de su esposa al exterior, sus ahorros y acciones, inversiones e inmuebles. La noticia, al menos ameritaba unas líneas de alivio por su alejamiento indeclinable.
Algunos otros condimentos de su partida son una futura candidatura a gobernador atento a que las metas de los ególatras son grandilocuentes y magnas, nada ordinarias como las de ser un soldado en las filas de las aspiraciones presidenciales del gobernador y hasta manifestando que «no podría vivir de sus ahorros” y se iba a poner a trabajar.
Sin embargo, hay una semanita clave en la ciudad que un atentado mató 5 argentinos, que desmentiría que Parodi tiene que volver a retomar la actividad privada para poder llegar a fin de mes, una mentira piadosa con muchos más que 6 ceros.