Otra producción del Instituto de Música y Danza presentada por el Ministerio de Cultura, Turismo y Deportes.
El Ballet de la Provincia, bajo la dirección de María Inés Riveros Hidalgo, pondrá en escena un clásico del ballet: La Sylphide. Las funciones se realizarán el sábado 3 de noviembre a las 21, y el domingo 4 a las 19, en el Teatro Provincial (Zuviría 70).
Entradas en venta en la boletería del Teatro: Plateas y palcos $100 (con descuentos 2 x 1 hasta el 26 de octubre), Pullman y Superpullman a $50.
La Sylphide, ballet en dos actos, cuenta con más de cuarenta bailarines en escena, y la participación de alumnas de la Escuela Oficial de Ballet dirigida por la maestra Alejandra Cercená. En esta oportunidad se trata de una adaptación de M. Inés Riveros Hidalgo según la versión de Auguste Bournonville.
Es una obra del romanticismo con música de Hermann Lovenskjold y libreto de Adolphe Nourruit y Filippo Taglioni. Fue creado por Taglioni para su hija María, y considerado el primer ballet romántico con temas fantásticos y misteriosos. Su protagonista, la bailarina María Taglioni, continúa siendo recordada desde aquel día como el primer símbolo de la bailarina en puntas.
La coreografía de La Sylphide de Filippo Taglioni y la partitura a cargo de Jean Marie Schneitzhoeffer, fue olvidada hace varias generaciones. Roland Petit, Pierre Lacotte, entre otros, intentaron revivirla.
Posteriormente Auguste Bournonville, (1785-1852) que había visto el ballet de Taglioni en París dos años antes, hizo su propia versión de La Sylphide sobre la base del mismo libreto, pero moldeándolo sobre su propio estilo coreográfico y con una nueva partitura de Hermann Lovenskjold. El estreno fue el 28 de noviembre de 1836, en el Teatro Real de Dinamarca.
El romanticismo de la música, el argumento y la coreografía cautivan al observador y a los intérpretes. La etérea Sylphide es el símbolo del amor irrealizable. James es el hacendado escocés, que en su ambición por retenerla, cae entrampado en los engaños de las fuerzas del mal. Mientras tanto pierde a su prometida, que representa el amor constante y fiel. La obra refleja la dicotomía entre los amores ideales y los amores maduros.