El grupo “Mis goordis bellas” se movilizará para que en Salta exista una Ley que busca que los comercios tengan disponibles todos los talles. La lucha  local contra los estereotipos de belleza impuestos. (Andrea Sz)

Cecilia Lagarde (34) tiene tres hijos y estudia Letras. Adriana Oscari (35) cuatro hijos y un carro en donde vende panchos y pizzetas en el parque San Martin. Ellas son las encargadas del grupo salteño “Mis Goordis bellas”, que desde hace un tiempo viene llevando a cabo diferentes actividades. El 20 de noviembre realizarán una movilización en la plaza 9 de Julio pidiendo la implementación de la Ley de Talles para Salta.

“La idea de la movilización surgió de la necesidad nuestra como consumidores y de ver las falencias que existen en las prendas. Nuestro objetivo no es sólo satisfacer las necesidades de los que compran talles especiales, sino de todos los ciudadanos. No importa tu contextura física, ni tu peso. Somos muchos los que sufrimos alguna vez el no encontrar alguna prenda que nos quede cómoda. En general, las que mayores inconvenientes encuentran a la hora de ir de compras son las adolescentes que no responden al canon de belleza impuesta por una sociedad que discrimina”, argumentan las organizadoras y agregan: “También pensamos que si provincias como Buenos Aires, Córdoba o Mendoza ya tienen una legislación que ampara los derechos de  los compradores, ¿por qué en Salta no podemos tenerla?”.

El objetivo de la ley es, según comentaron, que todos los compradores tengan a su disposición talles del 38 al 50 mínimamente y que no sean discriminados por no tener las medidas que la industria de la moda dicta. Establece además que en cada prenda, aparte del talle, se debe informar sobre las medidas del cuerpo correspondientes con el talle indicado. “Con la ley de talles perseguimos el objetivo de reducir y erradicar cualquier forma de discriminación, es decir, apuntamos a un profundo cambio cultural. El objeto es garantizar a los salteños la existencia de un mínimo de ocho (8) talles correspondientes a las medidas corporales normalizadas en las Normas IRAM de la serie 75.300 y sus actualizaciones en los establecimientos comerciales cuya actividad principal, accesoria u ocasional sea la venta, fabricación o provisión de indumentaria”, apuntan.

Para Cecilia y Adriana los principales obstáculos por los que los locales comerciales no venden prendas de distintos talles son los fabricantes. “Cada vez somos más las personas con sobrepeso. También hay que tener en cuenta que todo comerciante tiene un ‘cliente ideal’, un estereotipo de su marca comercial pero no coincide ese imaginario con los cuerpos reales. Las marcas diseñan para un solo target: la ‘mujer ideal’, prefieren fabricar pocos talles, entre el 38 y el 42, para que sus modelos ‘luzcan’.  Muchas empresas alegan problemas económicos para cumplir con los diferentes talles. Sin embargo, las marcas que confeccionan talles grandes dicen que los problemas económicos no son reales, que unos pocos centímetros de tela no tienen incidencia negativa”, afirman.

Chequeando

Las mujeres informaron que en la provincia de Buenos Aires rige una ley pero no se cumple. Fue aprobada en 2001 y reglamentada en 2005 pero el 75 % de las marcas no la respeta. Hay un proyecto de reforma de esta ley que la extiende a mujeres y varones de todas las franjas etarias. También se promulgó, en 2009, la Ley de Talles de la Ciudad de Buenos Aires que incluye todos los talles -del 36 al 50- tanto de mujeres como de varones y para todas las edades. Sin embargo se consideró que tal reglamentación desvirtúa el espíritu de la ley por lo cual se está pidiendo su inconstitucionalidad.

Por otra parte, también en 2009 una ley nacional logró media sanción en Diputados pero perdió estado parlamentario en el Senado. Santa Fe, Entre Ríos, Santa Cruz, ciudad Santa Rosa en La Pampa y la ciudad de Córdoba ya tienen su propia ley.

En Salta el diputado Lucas Godoy presentó un proyecto que busca garantizar la oferta en los locales de venta de ropa de todos tipos de talles. “Un punto importante a remarcar es que vivimos en una sociedad en donde existen modelos estereotipados impuestos a las personas por un mercado que parece dejar afuera a quien no se adapte a los mismos. Éste fenómeno puede provocar daños psicológicos y en ocasiones contribuir a la profundización de trastornos alimenticios como la bulimia y la anorexia, especialmente en quienes transitan la adolescencia”, señaló el legislador.

Somos lo que ves

Adriana y Cecilia explican que el nombre de mis Goordis Bellas “surgió a causa de considerar que todas las mujeres somos bellas, en sus actitudes diarias, en la lucha y en el continuo sacrificio de vivir en un mundo en donde lo físico es considerado un estandarte. No por ser gorditas vamos a dejar de ser bellas. La simpatía y el carisma siempre cuentan y la actitud de lucha para seguir adelante todos los días nos embellecen. Para nosotras el grupo (que tiene una cuenta en Facebook en donde se puede intercambiar ropa) significa una ayuda a todas aquellas comerciantes o vendedoras que se interesan en cubrir esa población que las grandes cadenas de indumentaria no las tienen en cuenta y una oportunidad para que aquellas chicas que por cansancio, vergüenza o impedimentos físicos puedan comprar desde la comodidad de sus hogares sin pasar por la mirada inquisitoria de algunas despachantes a la hora de entrar a los probadores”.

Además aducen que la problemática de los talles no solo afecta a las personas de talles especiales sino a todos. “La problemática de la obesidad la tratamos a diario a través de la página en donde compartimos nuestras experiencia y tratamos de motivar. Todos los días recibimos mensajes de mayormente mujeres que quieren saber cómo hacemos para bajar de peso ya que ambas estamos en tratamiento de descenso de peso. Cecilia es paciente del Hospital Oñativia y en el 2014 fue operada de cirugía bariatrica, Tratamos de contar nuestras experiencias con un denominador común: no bajar los brazos nunca”.

——————————-

La otra belleza americana

Bajo el título American Beauty, en (des)honor al original, la artista Carey Fruth, con sede en San Francisco, reunió a un grupo de damas voluntarias de distintas edades, talles y backgrounds raciales, invitándolas a expresarse como sujetos de seducción, ya no objetos de la mirada masculina. Y armó una serie viral alejadísima del estereotipo “joven, blonda y delgada”, recibiendo por ello loas a diestra y siniestra que agradecen su mensaje positivo de inclusión física.

abeau

Con el explícito objetivo de crear “un espacio para que las mujeres se sientan seguras, hermosas y aguerridas” en su propia ley, la muchacha explica que “a nadie debería hacérsele sentir que su cuerpo es erróneo o indeseable”, que “es momento de retomar el poder”, que “sueña con que llegue el día en que la publicidad, la tevé, los medios mainstream muestren a mujeres diversas como lo merecen: con amor y respeto”. Un sueño compartido, sin lugar a dudas.