Desde el 27 de diciembre una señora vive en la parada de micros de la UNSa en las máximas condiciones de indigencia. Dice que espera a su esposo.
En la nota publicada por Antonio Gaspar se detalla que Marta Paredes está enajenada en la puerta de la UNSa desde el 27 de diciembre del año pasado y que todavía nadie se acercó para asistirla.
Está ahí, rodeada de bolsas y un balde plástico de helado, que son sus más preciadas pertenencias. No tiene para comer, pues no le pagaron un trabajo realizado y su esposo es el que tiene que llegar con la plata para que ambos puedan volver a sus pagos, Palma Sola, Jujuy. “ El tiene la plata y me dijo que ya vendría”, dijo la mujer al matutino. También: “Yo solo quiero comer. Tengo mucha hambre”.
Esa parada de colectivo ahora está desolada: ni el más crónico de los estudiantes ronda el lugar. Además de las inclemencias del tiempo, ha debido soportar un intento de robo: alguien quiso quedarse con esas bolsas, con ese balde de plástico de helado.
Hasta el momento ninguna autoridad gubernamental se ha acercado para brindarle asistencia a esta mujer.