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La muerte y el morir

 

En la Universidad  Nacional  de  Salta se realizó un conversatorio sobre: «La muerte y el morir». Tenía como finalidad generar un espacio de encuentro  entre investigadores que analizan la temática de la muerte. Fue organizado por Javier Guantay, Gabriela Caretta, Luis Fernadez Reyes, Belén Scigalszky y la cátedra de metodología de Investigación  y tesis de la licenciatura  de Ciencias de la Comunicación. (Guadalupe Macedo)

El objetivo del encuentro era conocer y debatir sobre distintas concepciones y prácticas  que se realizan en torno a la muerte en el norte del país. Se presentaron investigaciones, intervenciones y perfomans vinculadas a la temática de  investigación  de estudiantes, graduados de diferentes carreras de la universidad.

Hablar de la muerte no es algo natural, ya que nos hacen escaparnos de  nosotros mismos. La cultura busca a lo largo del tiempo implementar prácticas que ayuden a superar a la muerte y el dolor que causa la pérdida de un familiar, amigo  o algún conocido.»Poder tener un lugar de encuentro en donde poder charlar este tema que muchas veces parece como un tabu para mucha gente, como genera un cierto rechazo, hay como un miedo a hablar a sentir y a  experimentar a  la muerte.  Entonces este conversatorio surgió más que nada como esto y fue muy interesante» comentó Javier Guantay.

En el conversatorio surgieron temáticas que permitieron desandar el concepto de la muerte, enlazando  esta práctica con la cultura y el arte. El licenciado  Guantay describió «vinieron exposiciones de letras por ejemplo que trabajaron dos chicas que trabajaron sobre libros de literatura infantil y como se aborda la muerte de esa perspectiva.  También gente de antropología hablo sobre sobre las vasijas funerarias excavaciones de antropología que hablaron sobre las figuras y algunas prácticas culturales de  la región de los valles. Una de las exposiciones estuvo vinculada por ejemplo es el entierro a partir de una defunción,  como se hace un entierro en un pueblo de Sucre».

En el conversatorio también se puso el foco en cuestiones económicas, sociales del morir, se informó sobre los costos de un servicio de sepelio cuando no se lo tiene pagado con anterioridad.

También se interpeló sobre la temática a través de propuestas artísticas, «estas intervenciónes que se hicieron desde las artes visuales por ejemplo en el cementerio de la santa cruz en la tumba del Lasallito y laa intervención de algunas cátedras de idiomas donde se trabajó con la muerte a través de las telas. Identificándo que significaba para los sujetos la muerte a partir del entierro en una fosa común para para niños» relato Javier Guantay organizador del conversatorio.

La muerte implica dolor, conmoción por la ausencia y el encuentro con el otro para afrontar este dolor, lo que lleva a que se generen rituales. Estos son característicos de cada lugar, «se puede hablar de diferentes perspectivas: prácticas rituales, prácticas mortuarias, funerarias en un monton de ámbitos» comentó Guantay. Cada una tiene sus características que dan cuenta de cada sujeto que la práctica  y las historias que lo preceden. «Me parece que lo más interesante es remarcar el sustrato cultural que se está,  sobre la base de esta práctica y que es justamente como incluso de desde tiempos prehispánicos, antes de la conquista de la colonia este vivenciaba la muerte en las diferentes comunidades».

Pensar a la muerte, es mirar al ciclo de la vida, es mirar las prácticas que acompañan el final y como esa persona continúa en el mundo gracias a lo que sus familiares hacen en vida por él.  «La muerte es parte de este ciclo de la vida del hombre si y la muerte está vinculada a una concepción cíclica de la existencia del sujeto,  entonces en ese sentido difiere un poco o bastantes con esta visión occidental. El marco que manejábamos era que el sujeto muere y ya no hay nada más allá» reflexionó Javier.

Las prácticas a lo largo del tiempo fueron cuestionadas por las religiones predominantes, quienes imponían sus propios ritos en torno a la muerte y hoy se encuentran entrelazados. «Aquí en la región y de Mesoamérica para abajo se recuerda a los muertos con este tipo de prácticas por ejemplo cocinándole ofreciéndole bebidas. Acá en la región se cree que para el día de las almas como se dice, vienen las almitas entonces se sirven de la mesa del altar que uno les arma.  Se sirven  de la comida, se sirven de la bebida  y es por ello que al otro día cuando vos levantas ese pequeño altar en el que recibís a tu ser querido ofreciéndole lo que más le gustaba, al otro día por ejemplo la comida y la bebida no tiene sabor. Se aleja un poco de esta visión de lo que fue el discurso occidental de la muerte».

En las diversas experiencias que se presentaron se vio el contraste con el discurso religioso donde el sujeto cuando muere va al cielo o al infierno y de ahí no se puede volver. En cambio, estás prácticas proponen un tiempo en donde se puede compartir con  aquellos que partieron reduciendo las distancias entre la vida y la muerte.