La justicia en manos de… El pekinés y los lobos

 

En algunas cocinas de Tartagal se cuecen habas que huelen mal, quizás porque se ubican en la Ciudad Judicial con entramados que preocupan. Luego de graves cuestionamientos dirigidos a jueces de Orán por vinculaciones carnales con el narcotráfico. En la tercera ciudad más importante de la provincia aparecen vínculos similares que podrían develar un lamentable contagio.

 

En el seno de la familia Hernández se tejen teorías desmesuradas sobre un posible aterrizaje en las grandes ligas de la política. El padre radical sueña con el hijo gobernador, luego de la metamorfosis que determinó que un radical pariera descendencia kirchnerista.

La sinuosidad de Franco Hernández Berni le permitió nacer como Secretario de Gobierno de Sergio Leavy, para luego ocupar una banca de diputado provincial y, finalmente, derrotar a Mario Mimessi y desterrarlo de la Intendencia de Tartagal. Para ello contó con un apoyo múltiple de su padrino (Leavy), Emiliano Estrada, Juan Romero y Alfredo Olmedo.

Sin ponerse colorado y casi de inmediato comenzó a gestar el alquiler temporario de su figura ante el saencismo, arrastrando consigo a algunos legisladores que antes se proclamaban opositores y hoy dan la vida por la gestión del actual gobernador como Jorge Restom. Gracias a estas fluctuaciones asumió esta semana como Presidente del Partido para la Victoria, que supo ser el soporte alternativo de los que, a cincuenta años de la muerte de Juan Domingo Perón, reniegan de su líder como antes lo hicieron los Montoneros. Las malas lenguas hablan que mientras declaraba lealtad al “Oso”, ofrecía la lista a otros operadores del peronismo.

Adentrándonos en lo que importa, Hernández Berni ha comenzado una estrategia para colonizar el Poder Judicial en Tartagal y no carece de aliados. El que dice que quiere cambios es el que aplica la misma receta que sus antecesores y, aunque proclama que la justicia debe ser independiente, el quiere asegurarse los favores. Por supuesto, si es para su familia mejor.

La relación del Intendente de Tartagal con el condenado ex Juez Federal Raúl Reynoso parecía transitar por la casualidad, luego de que formara pareja con la cantante Camila Reynoso, que hace menos de un año se recibió de abogada.

Sin embargo, lo que sorprende es que en estos días ya fue nombrada como Prosecretaria de la Jueza de Familia Carmen Juliá. La designación de Reynoso, en la que predominó el acomodo más que un currículum escuálido, llama más la atención porque esta magistrada es la pareja del diputado provincial por San Martín Jorge Restom.

Mientras en Orán desembarcan Gendarmería Nacional y la Prefectura Naval, en Tartagal parece que intereses contrarios quieren colonizar sus juzgados antes lo hicieron con jueces como Claudio Parisi y Edgardo Laurenci. Claro que la nave insignia del crimen organizado en los tribunales federales del norte fue Raul Juan Reynoso, quien ahora goza de condena condicional pero muestra el triste vínculo de los narcos con una justicia contaminada.

Carmen Juliá ingresó a su juzgado en 2015 cuando el gobierno de Juan Manuel Urtubey y en tiempos en que el norte digitaba detrás de figuras como Andrés Zottos y Sergio Leavy que cumplió tres mandatos a cargo del municipio.

La avanzada comprende ahora el intento del alcalde de designar como Jueza en lo Civil y Comercial de Segunda Nominación a Eugenia María Celeste Hernández Berni. Es la misma abogada que sostuvo en 2014 un altercado público con Mabel Carrizo en la sede de Videotar, en lo que se consideró con un acto intimidatorio contra la periodista de la que participaron el intendente y su padre Aldo Ramón Hernández. En ese tiempo era defensora oficial.

La hermana del Intendente y cuñada de Camila Reynoso luego actuaría como Asesora de Incapaces n° 2 donde generó polémica por malos tratos que fueron denunciados por la Federación Judicial Argentina. Cuando concursó para otro cargo idéntico fue impugnada por Comité de Evaluación de Femicidios, Transfemicidios y Violencia de Género, creado en el marco de la Procuración General de Salta.

Según informó el diario de la familia Romero, el sindicato de judiciales denunció “permanentes agresiones, hostigamientos y vulneraciones” y pidió se le abriera un sumario disciplinario por considerar que existía violencia y acoso laboral. La abogada Hernández Berni ocultó este antecedente al Consejo de la Magistratura, lo que fue considerado con una violación del reglamento de concurso de cargos.

El hecho de que una hija de Reynoso inicie con extraña velocidad una carrera dentro de la justicia asusta. También que los vínculos políticos de un intendente fronterizo del norte con otro diputado, admita el privilegio para acceder a estos cargos que en el mejor de los casos tiene como causa intereses personales y político-partidarios. Especulando de la peor manera habría que escudriñar en la mente de Raúl Reynoso si este copamiento tiene otros móviles.

Mucho peor es tomar conciencia de que esta mesa de amigos ya cuenta con relaciones carnales con una jueza y ya quieran inducir el ingreso de otra con malos antecedentes. Los lobos parece que ganarán la pelea. El nuevo Ministro de Seguridad y Justicia, y el Senado Provincial están a tiempo de evitar este asalto.