El caso del femicidio de una niña de 12 años en Tucumán aterra. El acusado declaró que «estaba muy borracho y drogado». Asesinó a la niña que estaba sola mientras su madre había salido a bailar.

Se llama Ricardo Omar Pérez. Tiene 27 años y está acusado de haber violado y asesinado a Milagro Daiana Torres (12 años), hija de su ex pareja. El femicida está acaparando los portales de todo el país tras conocerse que prestó declaración y admitió que hizo «algo malo», aunque dijo que no lo recuerda bien «porque estaba muy borracho y drogado».

“Las palabras del sospechoso, junto a varios elementos de prueba que lo incriminan, fueron suficientes para que el fiscal Fabián Rojas, quien investiga el brutal crimen, le dictara ayer la prisión preventiva al finalizar la indagatoria”, precisó el diario La Nación.

El hecho ocurrió durante la madrugada del último domingo cuando la niña se encontraba sola en una precaria vivienda del asentamiento El Porvenir de la localidad de La Cocha, 120 kilómetros al este de esta capital. La madre de la menor, María del Carmen Aranda (32), la había dejado sola, encerrada con llave, para irse a bailar el sábado a la noche. Cuando regresó, el domingo, cerca de las 8, encontró a Milagros muerta en su cama, atada de pies y manos con cables, con una media en la boca y los pantalones abajo.

El fiscal tiene indicios concretos de que la niña fue violada por el asesino, aunque todavía se esperan los resultados de los estudios de laboratorio para confirmarlo. Según los investigadores, el homicida ingresó a la precaria vivienda donde vivían la menor y su madre por un lateral, donde se había improvisado una pared con lonas y plásticos.

Desde un primer momento, Aranda hizo responsable del crimen a Pérez, con quien estuvo casada hasta hace pocos meses (es padrastro de la víctima). Según la mujer, el sospechoso, quien trabaja como cosechero de limones, la venía amenazando, enojado porque ella había decidido ponerle fin a la relación. La acusación de la madre de Milagros se reforzó con los más de 50 mensajes de texto que el presunto homicida le envió en las horas previas al crimen. «Te voy a matar a vos o a alguno de los tuyos», le habría advertido el detenido a Aranda en uno de los mensajes. Además, un testigo vio a Pérez merodeando la vivienda donde ocurrió el asesinato durante la madrugada del domingo.

Al declarar ante Rojas, el sospechoso llegó a asegurar que iba a asumir la responsabilidad del crimen de la niña, pero con el sólo fin de que los otros detenidos en el lugar donde fue confinado dejaran de golpearlo y de acusarlo de violador. Luego se desdijo y comenzó con un relato plagado de contradicciones, durante casi tres horas. «Me siento mal porque algo malo hice y no recuerdo lo que es. Estaba muy borracho y drogado», dijo Pérez en su testimonio ante el fiscal.