Con el triunfo de Milei las críticas al modelo de Estado existente en la Argentina se han ido radicalizando a tal punto de querer retroceder sobre los derechos y garantías conquistadas.
José Veronelli
Numerosos informes de la Organización de las Naciones Unidas, la OMS, OIT, entre otras instituciones internacionales, reconocen a Noruega, Finlandia, Dinamarca, Suecia y Suiza como los países con más derechos y beneficios sociales en todo el mundo. Además, tienen sistemas políticos democráticos y parlamentarios. Como en los casos de Noruega, Finlandia, Dinamarca, Suecia que son monarquías constitucionales, mientras que Suiza es una república federal. Todos los anteriormente mencionados son conocidos por tener altos estándares de vida, sistemas de salud universales, educación gratuita, licencia de maternidad y paternidad pagas, igualdad de género y acceso a viviendas asequibles. Además, tienen políticas sociales sólidas para proteger a sus adultos mayores, desempleados y discapacitados.
Al momento de pensar las leyes más importantes que aseguran derechos a los ciudadanos, Noruega se destaca por su Ley de Igualdad de Género, Finlandia por la Ley de Educación Básica, Dinamarca por la Ley de Protección del Empleo, Suecia sobre Protección Social y Suiza tiene la Ley de Protección de la Vejez.
En sintonía con los países descritos, Irlanda tiene un sistema de salud universal, una licencia de maternidad y paternidad pagas, y una política social sólida que busca proteger a desempleados y discapacitados. Además, Irlanda es conocida por tener una economía fuerte y una alta calidad de vida. Algunos de estos derechos en Irlanda se han ido estableciendo a partir de la década de los 70. Desde el sistema de salud universal, que se implementó a principios de los 70, un sistema de políticas sociales para proteger a los desempleados y discapacitados que se ha ido fortaleciendo desde la década del 80 y la licencia de maternidad y paternidad pagas que se estableció en 1994.
El sistema de salud universal en Irlanda se implementó en 1970 durante el gobierno de Jack Lynch del partido Fianna Fáil, sucesor del influyente Sean Lemass. La licencia de maternidad y paternidad pagada se estableció en 1994 durante el gobierno de Albert Reynolds del partido Fianna Fáil. Mientras que la política social ha sido una inquietud de gobiernos de distinto símbolo político.
De este lado, Argentina tiene una amplia gama de derechos y garantías, como la libertad de expresión, la libertad de religión, de asociación, igualdad ante la ley, el derecho a un juicio justo, el derecho a la educación y el derecho a la atención médica, todo en el marco de la Constitución Nacional en su parte pétrea. Además, tenemos una fuerte decisión política e histórica de proteger los derechos de los trabajadores, desde un salario mínimo vital y móvil, vacaciones pagas y una jornada laboral de 8 horas.
Cada una de ellas es altamente susceptible a críticas y mejoras, sin embargo la lista de derechos y conquistas no termina ahí. Argentina en los últimos 20 años ha avanzado conquistando demandas de la ciudadanía convertidas en derechos sociales. En esta línea se destacan la ley de matrimonio igualitario, ley de identidad de género, y una política sostenida en avanzar sobre la protección en salud, como la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, la Ley para cubrir tratamientos oncológicos, de fertilización asistida, entre otras.
En tanto modelo de Estado de Bienestar, Argentina detenta un gran número de derechos y beneficios inexistentes en otros países de la región y del mundo. Sin embargo, la calidad y forma del ejercicio de estos derechos ha abierto la puerta a que gobiernos neoliberales inspirados en el Menemismo y el modelo Martinez de Hoz lleguen al sillón de Rivadavia en los últimos años. Amparados en banderas como la Libertad y la Revolución de la Alegría lograron conquistar una mayoría simple en los comicios, en ambos casos con una fuerte impronta de ajuste y anti derechos.
Las críticas al modelo de Estado existente en la Argentina se han ido radicalizando a tal punto de querer retroceder sobre los derechos y garantías conquistadas y que son indiscutibles en los antes mencionados países nórdicos. Es entonces que quizás se haya dado inicio a una época que pone en jaque a los derechos adquiridos para las mayorías, y abre paso a un modelo más parecido a los vecinos como Chile, Uruguay o Ecuador.
Quizás ha llegado el tiempo en que la Argentina como Estado empiece a cuestionarse cuáles son sus límites y capacidades. Quizás el modelo económico no está listo para sostener todos los derechos que se buscaron garantizar para la población.
Sin duda, los próximos años serán testigos de vehementes luchas, con un Estado que buscará retroceder sobre los derechos conquistados y una resistencia social y política que intentará sostenerlos en las calles. La historia Argentina no había conocido un movimiento político-económico que sin tapujos declare la voluntad de derribar el modelo de Estado de Bienestar del que todos disfrutan, y eso es una penosa noticia.