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La dudosa muerte de un párroco

Juan Viroche, de la parroquia de La Florida, próxima a la capital tucumana, fue hallado colgado en su dormitorio. El fiscal dice que fue suicidio, pero aguarda la autopsia. Viroche había pedido el traslado y estaba atemorizado.

“No soy profeta de calamidades, pero esto está poniéndose muy feo”, había dicho a principios de septiembre el cura Juan Viroche, en La Florida, Tucumán. Viroche había encabezado en noviembre de 2015 una misa contra el narcotráfico. Ayer, apareció colgado en su casa parroquial. El hallazgo provocó un fuerte impacto en la sociedad tucumana. Se realizó una marcha y hoy se realizará otra, frente a la Catedral de Tucumán, en reclamo de justicia. Aunque la fiscalía a cargo del caso asegura que se trató de un suicidio, son pocos los que creen posible esa hipótesis. El caso es tan oscuro que sólo los resultados de la autopsia podrán aclarar lo que ocurrió.

Juan Viroche, de 46 años, fue hallado muerto en su casa de La Florida, a unos 16 kilómetros al este de la capital tucumana. Su cuerpo apareció colgado en su dormitorio, donde se hallaron sus pertenencias desparramadas por el piso. De todos modos, según los investigadores a simple vista no había signos de violencia, y los accesos a su casa no fueron forzados.

La información rápidamente provocó reacciones de congoja, irritación, comentarios en las redes sociales y una marcha de los vecinos de La Florida, a las 16, desde el ingreso en la ruta 312 hasta la parroquia Nuestra Señora del Valle, donde se encuentra la vivienda de Viroche.

Además, los vecinos informaron que hoy se realizará una segunda marcha, esta vez desde La Florida hasta la Plaza Independencia, frente a la Catedral, en pleno centro de San Miguel de Tucumán.

Viroche había realizado misas de denuncia contra el narcotráfico en varias ocasiones. Y según párrocos tucumanos, estaba atemorizado. El 9 de septiembre había escrito una columna en Facebook, en la que mencionaba la situación que existía con el avance del narcotráfico, la violencia que impulsaba, la reciente muerte a golpes de un joven hecho que fue vinculado a la venta de drogas, y a su alrededor se mencionaba que había pedido el cambio de parroquia por que sufría amenazas.

Además de la reacción social, el Arzobispo de Tucumán, Alfredo Zecca, mostró su “pesar y dolor” por la muerte del sacerdote y expresó que espera “un pronto esclarecimiento del hecho”.

La Conferencia Episcopal Argentina expresó “dolor y consternación”. “Nos unimos al arzobispo local en el pedido de un pronto esclarecimiento del hecho y el acompañamiento a la familia del padre Viroche, a los fieles de la Parroquia y la Iglesia de Tucumán”, sostuvo en un comunicado.

El Ministro de Gobierno, Justicia y Seguridad provincial, Regino Amado, lamentó la muerte del sacerdote Juan Viroche y dijo que el gobernador Juan Manzur le dio “expresas instrucciones de poner a disposición de la justicia todos los recursos que sean necesarios para el rápido esclarecimiento de este lamentable caso”. También indicó que tenía orden de pedir ayuda a las fuerzas federales

“Con el padre Viroche trabajábamos coordinadamente en la lucha contra las drogas y manteníamos un contacto fluido y permanente. Lamentamos profundamente su muerte, porque para nosotros el cura Viroche era un estrecho colaborador”, aseguró el titular de la cartera de seguridad provincial.

El fiscal que investiga la muerte de Viroche, Diego López Ávila, manifestó que “todo indicaría que se trató de un suicidio”, ya que “no se hallaron signos de violencia” en el lugar donde fue encontrado el cadáver colgado del cura, aunque aguarda los resultados de la autopsia para corroborarlo. “En el lugar donde esta persona fallece no había signos de violencia. Tenía una puerta que estaba cerrada y trabada por el lado de adentro con un mueble. Las otras aberturas que hay estaban todas cerradas desde adentro”, detalló el fiscal a los medios. Agregó que “no hay indicios de violencia en su cuerpo o algo que haga suponer que podría haber tenido algún tipo de altercado con alguien”. “Yo me inclinaría a pensar que esto se trata de un suicidio, pero sin perjuicio de ello, he realizado todas las medidas en el lugar para preservar las pruebas que pudiera haber y he ordenado que se haga una autopsia”, concluyó López Ávila.

De todas maneras, las dudas y sospechas vinculadas a las denuncias de Viroche contra los narcos, la expresión de sus temores, el pedido de cambio de parroquia, y la dificultad de vincularlo a un acto suicida, sumergieron el caso en la incredulidad.

El fiscal federal ante la Cámara de Apelaciones provincial, Antonio Gómez, aseguró que es “inconcebible” que se haya suicidado porque estaba “comprometido con la vida”, pero tampoco presentó ninguna prueba en contrario. Para Gómez “quieren disfrazar de suicidio otra cosa” y apuntó contra la dirigencia política de la provincia. “Yo no estoy para nada de acuerdo con la política de narcotráfico que se está encarando. El talón de Aquiles en la lucha contra el narcotráfico es la administración de Justicia, no sólo en Tucumán sino en el país entero” y, en ese sentido, precisó que “de todas las causas penales que entran en materia de drogas en los dos juzgados federales de Tucumán menos del diez por ciento llega a juicio oral y público”.

Fuente: Página 12