Las grandes discusiones históricas por el bicentenario no son propias de la era Macri. En Tucumán la discusión más fuerte tuvo como objeto la procedencia provincial del vino que tomará Macri en los festejos del Bicentenario.
Una desopilante nota fue redactada por el periodista de Clarín, Pablo de León, en torno a lo que en la vecina provincia se denominó “La guerra del vino”. Ocurrió que un malbec del mendocino Valle de Uco había sido elegido inicialmente para acompañar los festejos oficiales por el bicentenario de la Patria. Se trataba de una edición especial hecha por Alejandro Vigil, un enólogo que actualmente brilla en el escenario mundial: el “Saint Felicien Tributo Casa de Tucumán”, un malbec del año 2013.
La elección generó la iracunda reacción de los empresarios del vino tucumano quienes reclamaron que ellos debían ser quienes impusieran el vino para el brindis bicentenario. Desde la Cámara de Bodegas y Viñedos de Tucumán dijeron que «Nadie nos avisó nada. No sabemos quién determinó esto»; «El vino de honor que represente al Bicentenario debe ser tucumano», aseguró Roberto Carro, vicepresidente de la entidad y uno de los impulsores del vino local conmemorativo.
La disputa llegó hasta oídos del propio gobernador Juan Manzur, quien terminó bendiciendo un trivarietal (Malbec, Cabernet Franc y Tannat), “Son la insignia de nuestro valle», aseguró Alberto Guardia, presidente de la Cámara de Bodegas tucumana. Finalmente, el «Vino del Bicentenario» tucumano tendrá un homenaje a la escultora Lola Mora, cuyas obras perduran en la Casa Histórica de Tucumán, y surgirá de la zona vitivinícola tucumana, que se extiende en la área central del valle calchaquí, a lo largo de la ruta 40.
Salud, argentinos, pero no por la Patria…