La sentencia del primer juicio en el que se tuvo como figura al femicidio fue cadena perpetua a Héctor Ramón Ávila, culpable de haber asesinado a su ex pareja en 2012.
El 30 de diciembre de 2012, Norma Argentina Ledesma, de 38 años, se encontraba en su domicilio en el barrio San Cayetano, de la localidad de El Bordo, junto con su hermana, Rosa Ledesma, cuando Ávila ingresó por el fondo y cometió el homicidio. “Ella estaba empezando a cebar cuando él salió, le disparó a quemarropa y lo escuché gritarle: ‘Te dije, hija de puta’”, indicó la hermana. Por lo cual la Sala III del Tribunal de Juicio condenó a Héctor Ramón Ávila a la pena de prisión perpetua y multa por resultar autor material y penalmente responsable de los delitos de homicidio calificado por la relación con la víctima, amenazas con arma y tenencia ilegal de arma de fuego de uso civil, todo en concurso real, en perjuicio de su ex pareja.
El femicida continuará en el penal Villa las Rosas, donde está desde fines de 2012, puesto que no se dio a lugar el pedido de inconstitucionalidad del artículo 80, inciso 1, de la ley 26791, el cual establece que “se impondrá reclusión perpetua o prisión perpetua, pudiendo aplicarse lo dispuesto en el artículo 52, al que matare a su ascendiente, descendiente, cónyuge, ex cónyuge o a la persona con quien mantiene o ha mantenido una relación de pareja, mediare o no convivencia”.