Para disimular su bronca, por la popularidad de Rodríguez Larreta, Mauricio Macri la juega de gracioso y le dice «Roberto Carlos», a modo de humorada, porque quiere «tener un millón de amigos». 

Lo cierto es que el jefe de Gobierno tiene en su cabeza un esquema de alianzas hacia 2023 que amplía lo que es actualmente Juntos por el Cambio. La prueba de esto fue una charla en la que se mostró con Margarita Stolbizer y Ricardo López Murphy. Estarían faltando los socialistas nacionales, como Miguel Lifschitz, referentes como Pablo Javkin y peronistas como el exgobernador de Salta Juan Manuel Urtubey. Larreta quiere sumarle «centro» a su construcción de centroderecha para 2023.

El chiste de Macri arrancó en los primeros tiempos de la cuarentena, cuando el jefe de Gobierno se mostraba en sintonía con Alberto Fernández. Todo esto antes de que le tocaran la coparticipación porteña.

Es evidente que la estrategia política de ambos referentes, a pesar de ser del mismo sector, es totalmente diferente. Mientras el ex presidente se recuesta en el núcleo duro del espacio, Larreta tiene la convicción de que para ganarle al peronismo hay que mostrarse menos duros, más predispuestos al diálogo y sumar sectores nuevos. Él lo define como «correrse al centro».

Ya pasó que, para su reelección, el jefe de Gobierno incorporó a buena parte de la oposición porteña a su espacio, incluyendo al senador Martín Lousteau, pero también al socialista Roy Cortina. A nivel nacional, la incorporación resonante fue Miguel Angel Pichetto, con los resultados conocidos.

Mientras Macri fustiga a su ex ministro del Interior y a Emilio Monzó, Larreta teje alianzas con ellos y hasta cobija a varios de sus funcionarios.

Una pieza clave en los planes del jefe de Gobierno es la ex gobernadora María Eugenia Vidal, pero tampoco dejó de lado a Lousteau y a Frigerio, al neurocientífico Facundo Manes, a la líder del GEN, Margarita Stolbizer y al ex ministro de Economía Ricardo López Murphy, que volvió al ruedo.

En el encuentro del que participaron todos los nombrados, se habló de la necesidad de construir consensos. «La historia no nos perdonaría la desunión y la pasividad», dijo Vidal en su discurso. «Es el modelo para llevar a la Argentina», dijo Larreta, refiriéndose a las alianzas.

Con el liberalismo, la relación es compleja. López Murphy ya dijo que piensa ir con su propio espacio a las elecciones. Aunque más difícil será sumar figuras rupturistas como Javier Milei o José Luis Espert, quien tiene sus propias ambiciones a nivel nacional.

En el radicalismo, uno de los obstáculos para poder ampliar Juntos por el Cambio es el ex presidente Macri. Stolbizer o Lifschitz ya se hubieran sumado si no fuera por él, dicen los más allegados.  En el larretismo puro advierten que Macri tiene que tener un lugar también. «Sin Mauricio no se puede, con Mauricio no alcanza», dicen emulando al dicho que hacía referencia a Cristina antes de las elecciones.

Esto recién empieza, lo que se busca transmitir es la vocación de apertura para poder pensar en un proyecto ganador en el 2023.

Por lo pronto, Larreta está pendiente de todo y no descuida ni su relación con los movimientos sociales. Es por ello que hace algunas semanas presentó un proyecto elaborado por su ministra de Desarrollo Humano, María Migliore, pensado para las economías populares, impensado en las épocas de Macri.