Independientemente de los gobiernos y de los momentos políticos, las y los jubilados argentinos son los más perjudicados con haberes de miseria.

 

Andrea Sztychmasjter

 

El proceso de optimización de las oportunidades de bienestar físico, social y mental con el objetivo de ampliar la esperanza de vida saludable, la productividad y la calidad de vida en la vejez, parecen ser concepciones que no entran en las políticas destinadas a los y las jubiladas en Argentina. Esto viene siendo así en los últimos años y con diferencias de al menos tres gobiernos.

A pesar de la mirada edadista, de las descalificaciones culturales que sobrevuelan, el problema se resolvería con algo tan simple como poner las políticas públicas a disposición de la población y elegir destinar una partida que aumente las jubilaciones.

Los montos paupérrimos

Las jubilaciones mínimas aumentarán apneas un 2,4% en abril de 2025, en línea con la inflación de febrero, según lo dispone la movilidad jubilatoria decretada por la administración de Javier Milei (La Libertad Avanza).

Con este aumento, la nueva jubilación mínima a partir del próximo mes será de $ $285.792. Si el Gobierno no aplica cambios en el bono (que está congelado en $ 70 mil desde marzo de 2024), el haber mínimo de abril (con el bono incluído) sería de $ 355.792.

De esta manera, las jubilaciones mínimas (con bonos) se ubicaron en términos reales -es decir, descontando la inflación- un 4% por debajo de noviembre de 2023 (último mes completo de la gestión del Frente de Todos), pero mostraron un incremento real interanual del 2,4 %con respecto a abril de 2024.

El 23 de marzo vencerá la moratoria previsional que le permite acceder a la jubilación a las personas que ya alcanzaron la edad pero no cumplen con el tiempo de aportes requerido.

El texto de la ley, sancionada durante el gobierno de Alberto Fernández (Frente de Todos), establecía una vigencia de 2 años prorrogables por igual período, pero la gestión de Javier Milei (La Libertad Avanza) informó que no hará uso de esa potestad.

Jubiladas de Salta

Cuarto Poder dialogó con dos jubiladas que participaron de la marcha del miércoles, cada una reflexionó sobre la situación que atraviesan y lo que implica ser mujer y jubilada:

Marta Martin: “La marcha fue importante, más grande que la anterior, así como a nivel nacional, porque el tema de los jubilados es algo que sensibiliza mucho a la población por un lado, y por el otro, esta consecuencia que tiene en la lucha el movimiento de jubilados, también ha brindado como una especie de canal a muchos trabajadores y trabajadoras que no pueden encontrar esta vía ni en la CGT, ni en los partidos patronales, ni en ninguna parte. Entonces este malestar generalizado o que se empieza a generalizar, se vuelca también en la lucha de los jubilados.

Con respecto al tema de la moratoria, es genocida, sobre todo para las mujeres. Una de cada 10 mujeres se va a poder jubilar, primero porque somos las más precarizadas, porque somos las encargadas de mantener la casa, los hijos y todo, y cuando trabajamos, trabajamos en negro, trabajamos en las peores condiciones, con los peores sueldos, por lo tanto, no tenemos estos aportes que exigen.

Con respecto al PUAM, el gobierno a lo que apunta es a este ‘subsidio al viejo’, que este PUAM sería del 80% de una jubilación mínima, te imaginas que una jubilación mínima que ya es miserable, esta asistencia lamentable que quieren implementar, se hace mucho más difícil la sobrevivencia. Y encima aumenta la jubilación para las mujeres, o sea la edad para poder acceder a un PUAM aumenta de 60 a 65 años y no podés tener ninguna pensión, no podés tener nada, o sea tenés que ser una indigente absoluta para acceder a este subsidio miserable, que va a obligar a las mujeres cuando lleguen a los 65 años, si no tienen ninguna pensión, si no tienen nada, a pedirlo porque antes no te lo permiten. Entonces, de hecho, es una reforma jubilatoria feroz en contra de la clase trabajadora y particularmente ensañada sobre las mujeres. Ahora, con esto el gobierno en principio se ahorraría esos 5 años que obligarían al resto, a las mujeres a esperar para poder jubilarse y es mucha plata porque, insisto, 9 de cada 10, según los estudios realizados, son las mujeres que no se van a poder jubilar y que van a tener que llegar a solicitar este subsidio al viejo”.

Isabel Pino: “Nos van recortando, nos van achicando, nos quieren muertos. Así de simple. Y yo pregunto, el Fondo de Garantía de Sustentabilidad del ANSES, que la última noticia que tuve fue que tenía 76 mil millones de dólares, prácticamente el doble de lo que le prestó el Fondo Monetario a Macri. ¿No era que estaba para asistir en momentos de crisis? ¿Qué están haciendo con ese dinero?

Respecto a la situación particular de jubilados y la marcha de ayer acá en Salta, fue mucho más numerosa que en otras ocasiones. Estamos recibiendo el apoyo que esperamos que continúe, porque la situación es muy paupérrima, sobre todo para los jubilados y jubiladas de la mínima.

La cuestión de los medicamentos, en mi caso particular, hice el trámite para que me habilitaran medicamentos sin cargo, tenía que llenar un formulario cotizando qué porcentaje de mi jubilación representaba los medicamentos que necesito, y era el 49%. De cuatro, me autorizaron dos, por seis meses. Y bueno, no tengo expectativas en que me renueven. Y nosotros aportamos a PAMI, no nos dan medicamentos gratis, nos dan medicamentos sin cargo, porque estamos pagando la cuota de la obra social todos los meses. Y en el caso de los pensionados, aportan a PAMI por su jubilación y también por la pensión que reciben por alguna circunstancia, como pensión por viudés. O sea, aportan dos veces al PAMI. Y no hay plata para nosotros. Estamos viendo cómo están entregando todo a sus amigos, pero el capitalismo es así. El capitalismo es un sistema de tira y afloje. Entonces, todas las reivindicaciones que conseguís en la etapa de afloje, por ejemplo, lo que se ha dado en llamar la década ganada, viene otro y te lo quita.

Así que la lucha no es reivindicativa, la lucha es política. Tenemos que ser gobierno los nadie.