El próximo 14 de Mayo podría implicar la pérdida de varios sillones de intendentes en la capital y en el interior de la provincia.
Quizás la probable derrota de Bettina Romero aparece como más la aparatosa pues implicaría un golpe a uno de los grupos familiares de poder más importantes de la historia de Salta. Desde 1983 que los Romero digitan o gravitan severamente en el poder y la caída, de ocurrir, parecerá la de un gigante.
En el Valle de Lerma uno de los que ha bajado en las encuestas y al que se le animan todos es Carlos Folloni. De perfil sinuoso, amalgamando peronismo y mandando con su padre en el PRS, su gestión ha empalidecido la sonrisa de los habitantes de Campo Quijano. Algunas encuestas lo sitúan por debajo del diputado Lino Yonar y del propio Manuel Cornejo, a quien la justicia le sigue los pasos.
En Cerrillos la nepotista Yolanda Vega está de capa caída, aunque promete hacer todo lo posible por retener el sillón. Errática al punto de querer postular a un hijo para Intendente y otro para la reelección como Senador, finalmente tuvo que ceder a uno de esos caprichos e insistir con ella misma como reelecta. En el frente se alinearon demasiados jugadores. Enrique Borelli, hoy concejal, podría dar la sorpresa, acompañado de los diputados Gonzalo Caro Dávalos –que va de senador- y Luis Fernando Albeza. Todos están bajo el paraguas oficialista.
El que también podría resignar sus aspiraciones es el intendente de La Merced Javier Wayar. Hombre de pocas palabras y con magros resultados de gestión, podría caer ante Juan Angel Pérez que hoy vuelve para gozar de un octavo mandato. En el frente que comanda Lucio Paz Posse se ubicó en la grilla de largada la arquitecta Mónica Berruezo que estaría apareciendo como la preferida de los mercedeños. Ella promete investigar hasta el último peso que ha invertido Wayar, lo que no es poco luego de algunas trifulcas que se generaron cuando era funcionaria de esa comuna.
En Rosario de Lerma también ha quedado relegado en el favor de sus vecinos Enrique Cornejo, quien es asesorado por dirigentes ultras del romerato. Mario Capalbi, empresario local, y el veterano e inextinguible Sergio “Topo” Ramos son los que pugnan por la intendencia. Al parecer, casi por defecto, el senador podría triunfar y regresar para tomar las riendas del municipio.
Por el medio, en el departamento de Rosario de Lerma ya se descuenta que Griselda Galleguillos logrará una banca para Avancemos, mientras que el Chino Rodríguez y Nicolás Taibo se disputan la segunda. El oficialismo en estas tierras claramente será segundo y eso habla más de defectos de los alcaldes locales que del gobierno provincial que hizo bastante en esos lugares.
En San Lorenzo se reedita la pelea entre Manuel Saravia y el Kila Gonza, quien a pesar de sufrir una condena que no está firme, todavía cuenta con el apoyo de sus coterráneos y aparece como el postulante apoyado por Emiliano Estrada. Saravia, dentro del saencismo, fue partido en tres con la aparición del ex Secretario de Seguridad Benjamín Cruz y de Jesús Lambertin. El final sería nuevamente cabeza a cabeza, aunque los Gonza parecen gozar de alguna ventaja que ya se vió en 2021 cuando uno de los hermanos fue el más votado en la categoría de concejales. No solamente se pelean por un bastión municipal, sino que muchos dirigentes estarán mezclados en lo que ya es una “gresca” de familias.
La crisis es profunda, no caben dudas. Pero esta se agrava de considerar que los rencores de las localías no se extinguen y cada alcalde que se fue busca revancha. Ya fueren nuevos o viejos, los intendentes son arrastrados por el disfavor ciudadano para con la política y, salvo excepciones, están condenados a la adversidad en la próxima elección. De perder, nadie se lamentará.