El grupo Omega Energy, presentado por el gobierno jujeño como el capital que pondría en producción y le devolvería la rentabilidad a la empresa sanpedreña, hoy es cuestionado por su falta de seriedad.
El ingenio La Esperanza permanece en la quiebra y se sostiene artificialmente por el Estado desde hace dos décadas. Hoy continúa a la deriva, más aún con los rumores sobre los supuestos inversores colombianos que llegarían a salvar las papas.
En diciembre de 2017, cuando se intentó una venta directa, Omega Energy no logró demostrar legalmente su existencia en el país. En consecuencia no pasó la primera revisión legal por parte de un juez.
Luego, con la extravagante licitación “sui generis”, que contradijo el mandato de la ley de concursos y quiebra, logró, el pasado 4 de abril, adjudicarse finalmente la empresa, tras una “competencia” con otros oferentes.
La prensa jujeña asegura que, por su actividad, la empresa no cuenta con capacidad crediticia para acceder a los fondos necesarios y realizar el desembolso en las cuentas de la provincia. Tampoco posee, según lo informado, antecedentes para hacerse de un crédito de esa envergadura.
Ante esta situación, el juez Juan Pablo Calderón entraría nuevamente en escena, con dos opciones en el horizonte: llamar a un nuevo concurso en búsqueda de otro comprador, o declarar la liquidación de empresa para pagar de una vez a los acreedores.
Puertas adentro rechazan esta versión: la estrategia del grupo colombiano siempre habría sido la de invertir recursos con los que no contaba pero esperaba obtener con la empresa en sus manos.
En cuestión de horas, se comenta que estaría aterrizando en la provincia un representante del grupo colombiano.
Fuente: Jujuy al Momento