Una pareja, líderes espirituales de una congregación Umbanda que veneraba a San La Muerte, quedó imputada por el delito de trata de personas agravado por ser cometido con fines de explotación sexual y porque la calidad de “ministros de un culto” de los autores, tal como lo establecen los artículos 145 bis y ter, inciso 6 del Código Penal.

La imputación, presentada por el fiscal general José Eduardo Villalba de la Unidad Fiscal Salta, fue formalizada por el juez federal de Garantías N°1 Julio Bavio, quien también hizo lugar a otros pedidos de la fiscalía, entre ellos la prisión preventiva de ambos acusados.

Al presentar el caso, el fiscal señaló que los acusados, bajo la pantalla de líderes espirituales, se dedicaban a captar personas en estado de vulnerabilidad, siendo su cometido doblegarles la voluntad y así someterlos al ejercicio de la prostitución, en el caso de las mujeres.
Agregó que la conducta delictiva -establecida en el delito de trata de personas- se completaba con el desplazamiento patrimonial a su favor por parte de esas víctimas, las que debían entregarles a los acusados entre el 70 y 40 % de las ganancias obtenidas por una actividad que ellos mismos inducían.

“Esa captación iba dirigida a personas vulnerables, angustiadas, que llegaban a la congregación en busca de protección. Allí, si bien recibía cierta contención espiritual, a la vez se le generaba en ellos una exigencia de contribución, induciéndolas al ejercicio de la prostitución, para luego quedarse con las ganancias, situación que tenemos por probado ya en, al menos, dos casos”, acusó el fiscal.

Incluso señaló que el inmueble en el que residen y donde funciona el templo, según las pruebas reunidas, habría sido obtenido gracias al aporte dado por víctimas que fueron captadas e inducidas a prostituirse y realizar pago de cuotas mensuales, para lo cual los acusados no sólo se encargaban de facilitar los lugares para el ejercicio de la prostitución en esta ciudad, sino también en Bolivia.

Otros elementos probatorios que fueron obtenidos a raíz del allanamiento realizado en el templo, donde se secuestró un vehículo VW Gold Trend, una suma de 18.600 dólares, 61 mil pesos, un arma de fuego y numerosa documentación que ahora es motivo de pericias.