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Huelga y tensión

Por la fecha del paro crece la tensión interna en la CGT. Frente a los reclamos planteados al Gobierno hay un sector que pide esperar los plazos acordados y otro que quiere ponerle fecha ya mismo a la huelga general.

Con marcadas diferencias entre las posiciones del sector dialoguista y la de los «ásperos» -adjetivo con el que se autodefinió para Clarín uno de ellos- porque descreen totalmente de que el Gobierno satisfaga con alguna respuesta a los reclamos se reúne hoy el Concejo Directivo (CD) de la CGT. Este diario hizo un sondeo entre secretarios generales que son miembros del CD.

Es sabido que Pablo Moyano (Camioneros) es un hombre pro paro. Dijo esta semana que «con este verdugueo (de los funcionarios), tiene que haber una reacción» del movimiento obrero. A horas de la reunión, Clarín preguntó a su hermano Facundo (Peajes): ¿Estás más cerca de Pablo o estás del lado de los dialoguistas? «Estoy más cerca de Pablo, entiendo que tiene que haber un endurecimiento en la postura de la CGT».

No obstante, Facundo aclaró que «mañana (por hoy) va a primar el no paro en espera de lo que el Gobierno resuelva».

El otro que se había acercado a la postura de Pablo fue Omar Plaini (Canillitas): se lo podría considerar de cara a la reunión como un observador crítico.

A contramano de Facundo y conversando con este diario, Víctor Santa María (Porteros) consideró que «de la reunión tendría que salir la fecha del paro como un paso más de la negociación».

El otro que fijó una posición ante Clarín fue Sergio Romero (UDA, docentes): «A nosotros no nos sirve un bono que se da en negro y que representa una extorsión del Gobierno, queremos que la cifra que otorgue vaya directo al salario; nuestro pedido se enmarca en una lucha sectorial por el no cumplimiento de la paritaria».

Un secretario general, cercano a la posición dialoguista y que prefirió el anonimato, consideró que «los trabajadores representados por sus bases quieren el paro pero la sociedad no, y ese no apoyo masivo también juega en la decisión».

En cabeza del triunvirato había hablado en la semana con este diario Carlos Acuña: «Vamos a contar lo que se habló y se debatirá, los 10 días que nos pidió el Gobierno aún no se cumplieron y no hubo hasta el momento una oferta».

Más allá del complejo escenario, la CGT ayer mostró cara de perro: se negó a asistir a una reunión convocada por el Gobierno. El malestar penduló entre dos factores: uno fue que los dirigentes no quisieron ir porque también había sido invitado Gerónimo «Momo» Venegas, el secretario general de los peones rurales que impugnó el Congreso que designó a las nuevas autoridades. El otro motivo fue que no quisieron participar de un mitin «en el que se hable de temas que no son los que estamos reclamando».

Fuente: Clarín