Hasta noviembre, todos los viernes de 18 a 20 en el anfiteatro L de la UNSa se desarrollará un seminario abierto sobre Rodolfo Walsh y su obra de no ficción. Está destinado para cualesquiera interesados. (F.H.)
Esta semana se realizó la segunda jornada del seminario “Rodolfo Walsh y el periodismo”, organizado por el profesor Alejandro López, filósofo a cargo de la asignatura Ética y Legislación de la Comunicación en tal carrera de la Facultad de Humanidades de la UNSa (Universidad Nacional de Salta). López está acompañado de un equipo de colaboradores entre los que destaca el secretario académico de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la UNJu (Universidad Nacional de Jujuy), Iván Lello.
La cita fue en el anfiteatro L, parte de las aulas norte, las de más reciente inauguración en la casa de altos estudios salteña. Durante el encuentro se iniciaron las actividades concretas pautadas para el seminario, que habían sido presentadas el viernes 8 de septiembre en la primera reunión. Lello se hizo cargo de iniciar las indagaciones en la primer obra de no ficción consagratoria del nacido en Choele Choel, Operación Masacre.
Después de escuchar que un fusilado vivía, el descendiente de irlandeses junto a Enriqueta Muñiz encaró un proyecto que resultaría trascendental para la literatura y el periodismo argentinos. Se lanzan a la investigación de los hechos ocurridos entre el 8 y 9 de junio de 1956 que acabaron con una serie de fusilamientos en los sumideros de José León Suárez. En el prólogo a la tercera edición, Walsh reconoce el otro trascendental aspecto de la obra, el personal. Lo sucedido aquella noche pasa de serle totalmente indiferente a convertirse en su principal obsesión en los meses de pesquisa encarados con Muñiz.
Confiesa en ese epílogo: “La primera noticia sobre los fusilamientos clandestinos de junio de 1956 me llegó en forma casual, a fines de ese año, en un café de La Plata (…). En ese mismo lugar, seis meses antes, nos había sorprendido una medianoche el cercano tiroteo con que empezó el asalto al comando de la segunda división y al departamento de policía, en la fracasada revolución de Valle. (…) Después no quiero recordar más, ni la voz del locutor en la madrugada anunciando que dieciocho civiles han sido ejecutados en Lanús, ni la ola de sangre que anega al país hasta la muerte de Valle. Tengo demasiado para una sola noche. Valle no me interesa, Perón no me interesa, la revolución no me interesa. ¿Puedo volver al ajedrez? Puedo. Al ajedrez y a la literatura fantástica que leo, a los cuentos policiales que escribo, a la novela ‘seria’ que planeo para dentro de algunos años, y a otras cosas que hago para ganarme la vida y que llamo periodismo, aunque no es periodismo”.
Sobre esto último, una mención propia de Walsh sobre el periodismo, puede hallarse un primer recorrido que se plantea el seminario coordinado por López. ¿En qué cambia la ética periodística para Walsh? ¿Qué es eso que hacía que llamaba periodismo pero no era periodismo? ¿En qué lo diferencia con lo que hace para escribir los artículos de Operación Masacre? Partiendo de esas y otras preguntas se propone abordar la obra de Walsh puesta en su debido contexto, quién, cuándo y para qué escribe. Ese ejercicio es el que irá arrojando indicios sobre la ética periodística en Walsh, teniendo en cuenta que la vida política, profesional y personal, no está disociada de la obra.