Urtubey, Romero y Sáenz y la supuesta megalista. ¿Miguel Isa se baja? La ruptura de Cambiemos. La fórmula con Sáenz Romero. Siguen las especulaciones pero lo único claro es que el intendente capitalino y el Jefe de Gabinete provincial son los únicos candidatos a gobernador que definirán los destinos de Salta. Los demás son de palo. (Salvador de la Calle)
Las fotografías que se difundieron en las dos últimas semanas provocaron idéntico desconcierto que las versiones. El acto en homenaje a Roberto Romero mostró juntos a Juan Urtubey, Juan Romero y Gustavo Sáenz. El helicóptero con la selfie de Juan Romero, Fernando Yarade y Emiliano Estrada sobrevolando las tierras del ejército. La selfie de Yarade y Estrada con Miguel Isa, Carlos Morello y Matías Assenato; la inauguración de obras en Cafayate con Urtubey y Sáenz y la visita de Sáenz a la casa para conversar con Romero y su hija Bettina también se retrataron y publicaron.
La reunión de dirigentes de distintos partidos de lo que antes fue Cambiemos-País con el agregado de Ignacio Jarsún y Matías Posadas en el Hotel Portezuelo pidiendo que Sáenz sea candidato a gobernador; las declaraciones de Pablo Outes por televisión anunciando que la elección del candidato a presidente al que adherirá el intendente Sáenz no se define por ideología sino por quien tenga en cuenta la necesidad de los salteños (faltó que dijera Urtubey). Un reportaje en el que Juan Romero no descartó ninguna candidatura y anunció que seguirá conversando con todos los candidatos; y la especie de que Isa se bajaba de su precandidatura, sumaron para consolidar el aquelarre.
Los tiempos comienzan a acortarse para las definiciones y cada día avanzan con más fuerza las especulaciones. Muchos dan cuerda a la versión de que Urtubey, Romero y Sáenz avanzaran con una megalista que los tendrá como precandidatos a Presidente, Senador Nacional y Gobernador. Algunos indicios dan asidero a esta versión.
Sáenz fue a Buenos Aires varias veces y en reunión con Marcos Peña y con Rogelio Frigerio informó claramente que es socio del espacio pero que no rifará su destino en tanto Macri mide en la Provincia de Salta entre 16 y 19 puntos y con tendencia a bajar, en caso de empeorar aún más la economía. Pidió que le autoricen a adherir a Macri pero no en exclusiva, pues necesita traccionar con otro aspirante presidencial, máxime cuando hay dos salteños en la vidriera nacional que dicen que quieren reemplazar al presidente.
La eventual negativa de Marcos Peña puede hasta presumirse luego de que Gerardo Morales, uno de los gobernadores mimados por Macri fracasó en el intento de llegar más de un candidato presidencial en la sábana y optó por desdoblar las elecciones contra la estrategia que le señalaban desde la Casa Rosada. Sáenz no está condiciones de desdoblar nada porque Urtubey le negó esa posibilidad hace bastante tiempo.
Un preacuerdo que había entre Sáenz y Olmedo –inicialmente aprobado en las alturas de Balcarce 50- caducó cuando el “Amarillo” alcanzó los 5 puntos de medición y determinó a los macristas a devaluarlo hasta que se hizo inminente su desistimiento. Pero los operadores de la bajada son los mismos que a cambio le prometieron apoyo para que sea candidato a gobernador por Salta. En este estado de cosas, Sáenz no puede acordar con quien confrontará con él y comenzó a mirar otras opciones.
El peronismo alternativo, en el que se perfilan como precandidatos Massa, Lavagna y Urtubey, es el otro horizonte que advierte como viable el intendente. Su límite solamente es Cristina Fernández, que ya tiene a Sergio “Oso” Leavy como candidato local.
Sáenz sabe que saltar de manera directa a un acuerdo con Urtubey puede provocarle altos costos políticos, al margen de que pasaría a ser el heredero de una gestión magra que se va del gobierno con más sombras que éxitos. No ocurre lo mismo de apoyar en ese espacio al dirigente de Tigre, quien ya lo llevó como candidato a vicepresidente en 2015 y puede exhibirle una factura cara al intendente puesto que gracias a Massa su conocimiento trascendió las fronteras provinciales y le ha permitido generar cuantiosos recursos con los que ha mostrado buena gestión de gobierno.
En la intimidad del poder, todos saben que existen lazos subterráneos entre Massa y Jorge Brito, y entre éste banquero y Juan Romero. El exgobernador, mientras ante los medios periodísticos afines se muestra como interesado en el futuro de Salta, juega desesperado una partida que le permita la confluencia de todos en un acuerdo que abarque oficialismo y saencismo y lo tengan como postulando a renovar su cargo en el Senado de la Nación. A Sáenz le abre la puerta urtubeycista con maestría, hablando de la necesidad de luchar por Salta juntos y desterrar las peleas. Precisamente el lema de Sáenz ya se ha expuesto en un cartel próximo a Cafayate que dice “Nos une el amor por Salta”, todo un anticipo.
Pero como todo acuerdo siempre es frágil hasta que se concreta, desde el oficialismo se ha visto el avance de Yarade en desmedro de todos los operadores y precandidatos. En los últimos días la primera víctima fue Juan Pablo Rodríguez, otrora ministro que manejó la campaña presidencial y la prensa del gobernador. La semana pasada todo lo referido a publicidad y propaganda, pasaron al manejo de Emiliano Estrada. Dicen que “Juampi” cortó los teléfonos por varios días y ha tensado más aún la relación con Juan Manuel.
También ha comenzado una serie de reuniones con intendentes con quienes ha cerrado planes de obras cuyos anticipos y remisiones de dinero se corresponden estrictamente con el cronograma electoral fijado para este año. Yarade muestra que siempre puede tener planificación y hasta disimular los sinsabores mientras a los intendentes se los atienda con requerimientos que les permitirán ser reelegidos en sus comarcas para luego negociar con quien ingrese en definitiva al sillón del Centro Cívico Grand Bourg.
Ya todos saben que la gobernación ya ha anticipado una definición. La pelea, a lo sumo estará entre Sáenz y Yarade y los demás son de palo. Es por eso que en estos días muchos anunciaron que Miguel Isa se bajaba de la candidatura, en la que tocó techo en el último trimestre de 2018 y comenzó un descenso que parece no se detendrá. Es que no logró sumar ni a los sospechosos de siempre y la última apuesta, el supuesto acompañamiento en fórmula con Eduardo Cattaneo pareció más un hundimiento que un rescate.
Leavy tampoco crece y su figura flota a la par de la imagen de la expresidenta. Sin embargo, sus operadores han logrado asociar precariamente al Indio Godoy y a Pedro Sández. Si bien no necesita mostrar lo nuevo sino vender el regreso de Cristina, estos dirigentes muestran fatiga y poco agregan a su conglomerado que se acota a los departamentos San Martín y Anta, fundamentalmente, y alguna adhesión de dirigentes radicalizados del kirchnerismo en las principales ciudades.
Las insolencias de Manuel Santiago Godoy podrían encontrar un párate a fines de marzo. No son pocos los que hablan de que el supuesto mega-acuerdo de Urtubey, Romero y Sáenz también podría costarle su remoción como Presidente de la Cámara de Diputados. En el mismo marco de posiciones de Bettina, que tendía un lugar de privilegio en la operación contra el Indio, podría acordarse la fórmula Sáenz–Bettina que muchos consideran una prenda de unidad imprescindible.
Faltan las últimas puntadas que permitan cerrar una estrategia que no necesariamente pasa por la unidad. La competencia amañada entre jugadores también sirve cuando la secuencia contiene dos tramos.
Alguna mente con brillo plantea la necesidad de que se conforme un solo frente nacional del peronismo alternativo y en el que compitan las fórmulas “Urtubey – Presidente / Yarade – Gobernador” contra “Massa – Presidente / Sáenz – Gobernador”. Por supuesto que el desdoblamiento que en los hechos provoca la vigencia del sistema del voto electrónico hace su parte. Sáenz vendería un apoyo hacia una figura distinta al urtubeycismo, manteniendo íntegro el frente con el que salió en 2017, a excepción del PRO que buscaría candidatear a Martín Grande para gobernador. Romero, luego de una segura derrota de Urtubey en las PASO, quedaría de candidato definitivo a senador nacional por Massa y contaría con el apoyo de Sáenz.
Por supuesto que no se descarta que, en ese caso, el olmedismo, con el PRO y los radicales, conformen un frente nacional y provincial que les permita colectar un porcentaje interesante de votos. En ese caso, Olmedo podría ser el candidato a gobernador, Nanni rescataría la por ahora perdida diputación nacional y el PRO buscaría la intendencia con Suriani.
Uno de los grandes problemas, frente a todas estas hipótesis, es la escasa confianza que genera el voto electrónico en los términos en que fue instaurado en la Provincia de Salta y que podría frustrar cualquiera de las ingenierías que los candidatos provinciales quieran habilitar en 2019. Romero instaló la sospecha de fraude en el 2015 y decidió ahora acordar con quien él considera que es el dueño real de la empresa Magic Software. No existen antecedentes de que un sistema electoral transparente esté en manos de una empresa privada, con un directorio sospechado y con escasa solvencia económica y técnica, mantenga los destinos de más de un millón y medio de habitantes en sus manos. Sólo Urtubey logró semejante hazaña.