Mientras buena parte de la provincia padece las fallas en el servicio, una camioneta de Aguas del Norte destrozada y convertida en basurero reposa desde hace meses en calle O’Higgins. 

 

La grave crisis hídrica que azota a la provincia debería propiciar, ante todo, el óptimo cuidado de los recursos, evitando el despilfarro y el uso negligente de los mismos. Esto no sólo incluye al líquido elemental, sino también a aquellos bienes con los que cuenta la empresa Aguas del Norte, que debería garantizar el acceso al agua a todos los ciudadanos.

Sin embargo, una escena captada por vecinos de calle O’Higgins al 1400 parece mostrar totalmente lo contrario: Una camioneta de Aguas del Norte, valuada en aproximadamente $15 millones, se encuentra totalmente destruida y convertida en basurero desde hace meses en plena calle.

El vehículo tiene la parte delantera completamente destruida, probablemente como consecuencia de un siniestro, y dentro de la cabina se divisan cartones y otros elementos. En la caja trasera descansa el capot completamente abollado.

Vale aclarar que en el lugar no funciona ningún taller mecánico, mucho menos de chapa y pintura, por lo que se presume que el vehículo se encuentra completamente abandonado. ¿De esa forma cuida los recursos públicos la gestión de Ignacio Jarsún? ¿Será más importante para el exintendente de Rosario de Lerma fotografiarse con la intendenta que velar por los recursos de la empresa que comanda?

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